Embarques LCL:  No siempre más económico significa más apropiado

24 de marzo de 2023

La contenerización del transporte marítimo internacional en la segunda mitad del siglo XX contribuyó enormemente a la eficiencia en tiempos y costos de transporte internacional de mercancías, disminuyendo la manipulación, así como los riesgos de seguridad. 

Bogotá 24 de marzo 2023-. Los tres tipos más comunes de contenedores son el de 20 piés  (6 metros de largo), los de 40 piés  (12 metros)  estándar y los de 40 piés con extra altura  (high cube), que permiten la movilización aproximada de 30, 60 y 70 metros cúbicos respectivamente.  Es una solución extraordinaria para la movilización de mercancías, pero, ¿qué pasa cuando tenemos cantidades inferiores a un contenedor y queremos enviarlas por vía marítima, siendo éste el modo de transporte más económico?

Precisamente para resolver este problema se han desarrollado servicios LCL – Less Container Load, es decir, el transporte en contenedor de mercancías que ocupan menos que un contenedor; este tipo de servicio permite juntar las cargas de diferentes clientes en un solo contenedor cobrando por el espacio y peso que proporcionalmente utiliza la carga en él.

Sin embargo, hay dos factores fundamentales a tener en cuenta al decidir embarcar una carga como LCL:  La ruta y  el embalaje.

En cuanto a la ruta es vital entender que no todos los servicios LCL son directos, es más, la mayoría de los servicios son indirectos, lo que significa que el contenedor en el que ponemos nuestra mercancía en el puerto de embarque no siempre es el mismo contenedor en el que ésta llega al puerto de destino.  ¿La razón?  Es sencilla:  Economía de escala; reunir la cantidad de carga suficiente para llenar un contenedor entre un puerto A y un puerto B no siempre es sencillo, posiblemente habría que esperar a reunirla, lo que hace que la frecuencia de embarque sea inestable, lo que a su vez no es conveniente para la credibilidad de la ruta.

De manera que la recomendación es siempre conocer muy bien la ruta y los tiempos para un consolidado específico y así poner en una balanza el costo del flete versus la necesidad específica de tiempo

En cuanto al segundo factor, el embalaje, es vital entender que éste debe ser apropiado para las condiciones de transporte a las que se someterá la carga.

Una de las ventajas de embarcar FCL – Full Container Load, es decir, ocupando la capacidad completa del contenedor, es que, dependiendo del tipo de carga y embalaje, se puede optimizar espacio ubicando la carga sin ningún tipo de estibado, pues tal como se llena el contenedor en el punto de origen, es como llega al punto de destino.  Esto siempre que no se realicen inspecciones aduaneras o de seguridad en el proceso.

Sin embargo, considerar que una carga LCL se puede embarcar exactamente como una carga FCL puede ser un error muy costoso; sí, es cierto que va en contenedor, pero se somete a mayor manipulación.  Al compartir espacio con otras cargas de diferente naturaleza y embalaje, nuestra carga pude estar sujeta a daños ya sea por su manejo o por el movimiento del medio de transporte.  De ahí la importancia de estibar adecuadamente y proteger con embalaje adecuado la mercancía, considerando su manipuleo.

Por: Carlos Parra, Gerente General, MAP CARGO SAS.

Consulte nuestro vídeo sobre este tipo de operaciones:

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