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Colombia debe definir hoy qué tipo de turismo quiere en 20 años

28 de octubre de 2019

Turismo sostenible, ligado a la diversidad del país y los retos que debe asumir Colombia frente al turismo


Por Maria Claudia Lacouture, directora ejecutiva de AmCham Colombia

Justo cuando el mundo comenzó a cuestionarse las consecuencias del éxito del turismo, Colombia empezaba a ver, por primera vez en décadas, un despertar en ese sector con la llegada progresiva de más y más turistas extranjeros. Y pese a que las cifras son expresivas, siguen siendo pequeñas, e iniciamos nuestra andadura poco preparados y en notable desventaja con otros países de la región.

Ya las grandes potencias europeas del turismo no muestran con orgullo sus cifras de crecimiento, por el contrario, con cierta preocupación, porque es tanta la gente que llega a París, Barcelona o Venecia, para citar algunos casos, que la vida de los locales se ha tornado insoportable y el costo de vida muy alto.

Viajar era un lujo relativo hasta finales del siglo pasado, cuando en los años noventa se abrieron las economías y se produjo una globalización que amplió el poder adquisitivo y abrió oportunidades a sectores de la población que apenas lograban movilizarse en su entorno, acompañada de desarrollos tecnológicos y el posterior auge del turismo de bajo costo (low cost).

En ese proceso ha ido tomando fuerza el concepto de turismo sostenible, que se ha ido ampliando y ha calado tanto que ya todos sabemos perfectamente que si no nos preparamos bien para recibir a esos turistas, si no nos articulamos los empresarios, las autoridades y todos aquellos que tienen que ver con la cadena turística, si no vinculamos a las comunidades y desarrollamos una oferta atractiva, con valor agregado y diferente, entonces el turismo nos arrollará y habremos matado la gallina de los huevos de oro y depredado nuestra gran riqueza y dilapidado su potencial.

Colombia tiene que definir qué tipo de turismo desea y debe estar ligado a la diversidad enmarcada en su riqueza natural y ancestral, en su cultura, en su gastronomía, en su gente amable y generosa, en su historia, un modelo sostenible, sustentable, incluyente y equitativo.

Además de articular a todos los actores de la cadena a nivel nacional, regional y local es urgente simplificar, unificar y actualizar la normativa, sintonizar los Planes de Ordenamiento Territorial, con una política coherente y representativa, pues lo que tenemos ahora es una colcha de retazos, una estructura de sálvese quien pueda que todavía no reconoce que los tiempos cambiaron, que llegó la era digital, el big data, la inteligencia artificial.

Estamos en una coyuntura histórica que nos obliga a innovar en formalización, en capacitar a los guías, a los empleados hoteleros, de las agencias, a los artesanos, a los agentes culturales, a todos los elementos de todas las áreas que componen la red turística. Necesitamos buena infraestructura, mejor conectividad, seguridad, promoción, apropiación y certezas.

Tuvimos el infortunio de comenzar tarde el turismo por problemas de seguridad, pero ha sido a la vez una fortuna poder planificar desde cero. Hoy podemos pensar en el turismo que queremos y observar las buenas y malas prácticas en el mundo.

El turismo naturaleza es nuestro mayor potencial. Nuestra extraordinaria diversidad natural y cultural nos hacen diferentes y las posibilidades son ilimitadas. Además, todas las tendencias indican que los nuevos turistas buscan mayor conexión con la naturaleza, experiencias diferentes, proximidad a las comunidades, a las culturas diferentes.

Otro aspecto es el turismo corporativo. El país viene creciendo en nichos como el de los negocios y eventos, también, en buena parte, asociados a lo primero. Una tendencia es el llamado “Bleisure”, que combina negocios y placer.

A Colombia le falta poner un nivel de ambición superior en proyectos grandes. Colombia, sin dejar que se vaya la paz, debe planear el turismo que necesita, el turista que le interesa y prepararse para ser potencia en turismo sostenible. Para lograrlo y hacer que sea una industria para siempre, en el libro “Turismo sostenible” pongo sobre la mesa lo que podríamos llamar el decálogo de principios para seguir consolidando el sector motor de desarrollo:

1. Institucionalidad: unificar y articular las entidades del Estado que cumplen funciones en el sector. Un Ministerio de Turismo le daría visión en los propósitos y eficiencia a las metas.

2. Políticas adecuadas: planificación a largo plazo e involucramiento de comunidades. Hay que sembrar nuevas semillas para beneficio de las próximas generaciones. Turismo sostenible e incluyente.

3. Profesionalismo, innovación y tecnología: a más viajeros, mayor exigencia en servicios. El turista debe ser atendido por profesionales, que conozcan del servicio, experiencias y herramientas tecnológicas. Vital la innovación en toda la cadena productiva.

4. Calidad: estándares de excelencia, cumplimiento de normas, optimización de servicios, conocimiento del mercado, respuesta a necesidades, identificación de nichos, capacitación, rápida reacción a cambios de consumo del viajero.

5. Sostenibilidad: el turismo sostenible está llamado a generar la preservación y desarrollo. Como lo dijo la National Geographic: “si la biodiversidad de la tierra fuera un país, sería Colombia”.

6. Bilinguismo: ser un destino calificado requiere de servicios en varios idiomas, inglés, por supuesto, pero también alemán, francés, chino, japonés, de donde provienen viajeros con alta capacidad de gasto.

7. Infraestructura: inversión en servicios, mejoramiento de destinos, conectividad, espacios adecuados para su máximo aprovechamiento y que deje beneficios a las regiones.

8. Seguridad: el posconflicto genera confianza, pero no es suficiente. La seguridad va más allá que el simple hecho de lograr acceso. Es tener destinos organizados para evitar abusos y hacer cumplir normas de seguridad y protección.

9. Promoción: el trabajo articulado entre Gobierno y regiones para mostrar al mundo el potencial que tenemos, requiere de campañas sólidas y sostenibles en el tiempo para que los mensajes perduren.

10. Responsabilidad: compromiso de todos los actores del negocio y de los colombianos para cumplir con las normas, hacer las cosas bien y competir con honestidad.

Tenemos que entender que está cambiando en el mundo la forma de hacer negocios, tanto para bienes como para servicios, y el turismo ha venido experimentado esos cambios desde el inicio mismo de la digitalización de la economía.

Publicado en Caracol Radio, disponible aquí