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¿Cómo puede mejorar Colombia la atención en salud mental?

27 de septiembre de 2021

Diagnósticos más oportunos, una mejor asistencia primaria y mayores recursos para tratar los problemas mentales son solo algunas de las tareas pendientes que tiene el país para disminuir la prevalencia de enfermedades como el Alzheimer y la esquizofrenia que afectan cada vez a más colombianos. 

Bogotá, 27 de septiembre de 2021 (AmCham Colombia).- En un conversatorio organizado por la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, un grupo de expertos en salud expusieron el panorama actual del Alzheimer y la esquizofrenia en Colombia, dos de las enfermedades mentales que más impactan al país y que siguen teniendo grandes retos por superar, entre ellos su detección temprana, el mejoramiento de la asistencia primaria y una atención más integral.  

En el caso del Alzheimer, según Philippe Mourouga, VP Value, Access and Government Affairs BIR Region de Biogen, los sistemas de salud en América Latina deben abordar las brechas que existen actualmente y que están relacionadas, principalmente, con los planes nacionales de salud mental y la preparación de los profesionales sanitarios.   

“En Colombia, la mejor manera de tratar los problemas y encontrar soluciones, que van desde tratamientos hasta otros aspectos que impactan a los pacientes y sus familias, es tener un Plan Nacional de Alzheimer que sea holístico y se desarrolle articuladamente entre los profesionales de la salud, las asociaciones de pacientes, las industrias y el Gobierno”, aseguró Mourouga.  

Agregó que este Plan debe incluir acciones contundentes como unas vías de diagnóstico que sean más oportunas y accesibles; estrategias de prevención que promuevan un envejecimiento saludable de la población y ayuden a retrasar el desarrollo de esta patología; acompañamiento a las familias de los pacientes, dado que la carga del cuidado se transfiere a estas; y una mayor disponibilidad de recursos para su investigación y tratamiento.   

El Plan propuesto por Mourouga es clave teniendo en cuenta que el Alzheimer es una enfermedad mental que produce neurodegeneración y muerte neuronal, de la cual no se conoce la causa, pero tiene dos variantes. “Una de ellas es la variante genética que la tiene el 1% de la población con Alzheimer y la otra es la variante esporádica que representa el principal problema de salud pública porque la tiene el 99% de los pacientes con esta enfermedad”, explicó Francisco Lopera, coordinador del Grupo de Neurociencias de Antioquia (GNA).  

Vea el conversatorio completo sobre salud mental en Colombia aquí:

Atención primaria, fundamental para la detección temprana  

Así, uno de los mayores retos del Alzheimer es, evidentemente, lograr su diagnóstico oportuno. Para ello, “dado que esta es una enfermedad de gran impacto porque su frecuencia es alta y aumenta con la edad y la expectativa de vida, se requiere de un entrenamiento de los profesionales de asistencia primaria, ya que son los que primero deben detectar que algo está pasando”, señaló Ricardo Allegri, jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsiquiatría y Neuropsicología del Instituto de Investigaciones Neurológicas Raúl Carrea (FLENI).   

Allegrí enfatizó que, “en general, los especialistas están entrenados en el tema y uno puede ayudarlos a que tengan mayor disponibilidad, pero en la asistencia primaria es donde tenemos el mayor dolor de cabeza, es donde no se detecta la enfermedad, se minimiza o se deja de lado y ahí es el punto donde se pierde el tiempo”. 

Frente a esto, José Manuel Santacruz, presidente de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Psiquiatría (ACP), destacó que el Instituto de Envejecimiento de la Universidad Javeriana y el Hospital San Ignacio han desarrollado una serie de investigaciones en detecciones tempranas como marcadores clínicos de detección temprana. “Como resultado, hemos tenido un importante reconocimiento de los síntomas neuropsiquiátricos, los cambios de comportamiento, como buenos predictores del deterioro cognitivo, que están al alcance del personal médico sin necesidad de usar herramientas diagnósticas muy sofisticadas o costosas”.

Además de la detección temprana de la enfermedad y la formación de todos los profesionales de salud que intervienen en el proceso de su evolución, para Jaqueline Arabia, directora de la Fundación Alzheimer, es fundamental humanizar mucho más la atención a los pacientes y sus cuidadores. “Cuando las familias llegan a consulta se encuentran con que el médico les está suministrando un medicamento que muchas veces ni les explican para qué es, qué efectos tiene, hasta qué punto puede servir y tampoco tienen esa conciencia que el paciente no solo necesita un medicamento sino otro tipo de abordaje interdisciplinario, otro tipo de estimulación, otro tipo de atención a nivel terapéutico”, puntualizó Arabia.   

En cuanto a la esquizofrenia, otro trastorno mental que afecta a la población colombiana, el panorama no es muy diferente. Según Marcela Alzate, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Psiquiatría (ACP), esta es una patología compleja en su presentación, pero también en sus orígenes pues, aunque es una enfermedad biológica que tiene una altísima carga genética porque viene con una predisposición para la herencia desde las familias, varias situaciones de la vida cotidiana pueden convertirse en detonante de este padecimiento. 

“Cuando en la niñez se viven fenómenos como la migración por culpa de la violencia es muy posible que tardíamente empiecen a generarse algunos síntomas de enfermedad mental y, si se tiene la vulnerabilidad genética, posiblemente sea esquizofrenia. Otras problemáticas como el maltrato infantil, abusos en la infancia e, incluso, el matoneo son causas que generan en la adultez situaciones que, frente a dicha vulnerabilidad, empiecen a desarrollar los síntomas de la enfermedad”, detalló Alzate.  

Menos estigma y más inclusión laboral 

Para Rodrigo Córdoba, psiquiatra y profesor auxiliar de carrera del Centro Rosarista de Salud Mental, una de las grandes batallas de la esquizofrenia y en la que todos debemos unir esfuerzos es la lucha contra el estigma. “Se necesita también la detección temprana; redes integradas de servicios para atender la salud mental de una manera más efectiva; mejorar los procesos de acceso a medicamentos, tratamientos y atención médica; y contar con mediciones e indicadores de evolución y mejoría, no solo de los síntomas sino de la calidad de vida de los pacientes”, añadió.  

Al respecto, la psiquiatra Martha Patricia Saavedra resaltó que, aunque la esquizofrenia se considera como una patología crónica y deteriorante, mientras más temprano se haga el diagnóstico y las intervenciones apropiadas, es posible que el curso de la enfermedad pueda modificarse, de manera que quién padece esta patología no necesariamente está condenado a ser un paciente crónico.  

Otra forma de contribuir con el tratamiento de la esquizofrenia es la inclusión laboral, un ámbito en el que al país también le falta un camino por recorrer pues, según Saavedra, solo el 12% de las personas que tienen trastornos mentales trabaja y, de ese 12%, el 80% está en la informalidad y gana menos de 500.000 pesos mensuales por su trabajo.   

“Aún hay mucho por hacer, pero es primordial sensibilizar a las empresas para que sean más inclusivas porque no solo el estigma que tienen estos pacientes es una barrera para conseguir empleo y ser aceptados en la sociedad, sino también la falta de oportunidades laborales; entonces, si nosotros podemos ayudar a estas personas a tener un rol laboral activo, les estamos dando la oportunidad de vencer el estigma, de demostrar sus capacidades y eso va a contribuir significativamente a su mejoramiento”, puntualizó Saavedra.