Diálogo, confianza y entendimiento




Estamos ante un momento crucial que nos invita a despojarnos de ideologías, a compartir puntos de vista y acabar con el diálogo de sordos.

Por: Maria Claudia Lacouture, Presidenta Ejecutiva de AmCham Colombia

Bogotá 18 de octubre 2022 (AmCham Colombia)– A poco más de dos meses de la nueva administración ya se logra vislumbrar la ruta de navegación del Gobierno, que mostró lo que serán los pilares de sus acciones para los próximos cuatro años. Por su parte, el sector privado alertó sobre los riesgos de las reformas anunciadas, mientras la sociedad aguarda que sea una partida equilibrada donde todos ganen y se cumplan las promesas de campaña sobre inclusión y equidad bajo los principios de la democracia, la unidad nacional, el diálogo, la confianza y el entendimiento.

En estos 60 días ha sido evidente la desconexión en el engranaje público-privado, tal vez como consecuencia de la desconfianza histórica de la izquierda a ver esta asociación como una alianza para el progreso, aunque ahora con la responsabilidad del poder se espera que le den al tejido empresarial su verdadero valor como factor determinante para el progreso, el empleo y el desarrollo del país.

Estamos ante un momento crucial que nos invita a despojarnos de ideologías, a compartir puntos de vista y acabar con el diálogo de sordos. Está de por medio el futuro de la nación y la responsabilidad de evitar que perdamos el rumbo por ser incapaces de abrir espacios para la concertación, de encontrar oportunidades en las diferencias. Ponernos de acuerdo hace parte de la reconciliación que exige la paz total y duradera.

Es evidente la importancia de que pasemos de oír a escuchar, a entender, a buscar soluciones conjuntas a las necesidades del país. Cada actor tiene un rol definido para la complementación, para mejorar las eficiencias y lograr una mejor Colombia. El objetivo debe estar enmarcado dentro la estabilidad económica, el equilibrio social y la institucionalidad, para que el diálogo lleve a acciones consensuadas.

Han pasado apenas dos meses, suficientes para saber que, si no se logra un trabajo de doble vía, serán cuatro años de retrocesos e inestabilidad. Si bien la mayoría de las propuestas del actual Gobierno inquietan al sector productivo, hay que admitir que la nueva administración tiene propósitos loables, que varias de sus ideas están en consonancia con lo que requiere el país, por lo que podemos partir de ese enunciado y comenzar a ver las coincidencias para resolver las discrepancias.

Es por ello por lo que debemos esforzarnos por generar confianza, ser propositivos, buscar consensos, examinar las ventajas, explorar las posibilidades, contribuir al buen cause de las propuestas, observando y dialogando, con actitud positiva.

Si algo ha demostrado el tejido empresarial es que siempre encuentra soluciones, genera eficiencias, innova y actúa con pragmatismo, respeto y con la certeza de que todo lo que hagamos hoy por Colombia redundará a favor de todos en el futuro.

El empresario de hoy es responsable, solidario y consecuente. Hay que sepultar la vieja idea de que las empresas solo quieren ganar a costa de los trabajadores. Hoy los líderes empresariales y sus equipos son bien valorados y construyen con y para todos y para conseguir progreso y bienestar.

Pensar distinto debe llevarnos a soluciones innovadoras, por eso es importante hacer un llamado a trabajar por la construcción de una confianza que permita el diálogo y un desarrollo institucional acorde con el momento que vive el país, un Gobierno que pase de oír a escuchar y un tejido empresarial que construya sobre las propuestas de consenso.

Publicado en La República, disponible aquí

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