Estados Unidos, primer socio comercial del Valle




Por: María Claudia Lacouture, directora ejecutiva AmCham Colombia.

Nada mejor para medir el pulso de la economía que hablar directamente con sus protagonistas. En los últimos días he podido conversar con empresarios de varias regiones del país, y de diversos sectores, y es generalizada la percepción de reactivación y aumento del consumo.

La estadística oficial lo corrobora. En el caso de las exportaciones, la tendencia se revirtió y vimos un aumento del 19% en las ventas externas en 2017 impulsadas en gran medida por la recuperación en los precios del petróleo. Aun así, es algo muy positivo para el país y los colombianos, pero no debemos quedarnos allí.

En la Cámara de Comercio Colombo Americana, AMCHAM COLOMBIA, hicimos un análisis sobre el comportamiento de las exportaciones a Estados Unidos, para determinar qué sectores impulsan el comercio entre los dos países, excluyendo los llamados tradicionales o minero energéticos.

Encontramos que el Valle registró un crecimiento del 9,4%, con US$323 millones exportados el año pasado y que, además, Estados Unidos superó a Ecuador como principal destino de las exportaciones departamentales.

La industria textil, con 48%, alimentos procesados, con 45%, y el farmacéutico, con 7%, fueron los sectores que más impulsaron las ventas del Valle hacia Estados Unidos.

Esto tiene gran relevancia en el contexto nacional e internacional en el que nos encontramos. Si bien los precios del petróleo hacen que recibamos más dinero por las exportaciones, este es un momento clave para no desfallecer en el esfuerzo de generar valor agregado y aumentar la diversificación. No hacerlo sería volver a quedar expuestos a la crisis del 2014 con la caída de los precios de los hidrocarburos y materia prima y de la cual apenas estamos empezando a salir.

En la reflexión también debemos tener en cuenta el momento por el que atraviesa Estados Unidos. La administración del presidente Donald Trump ha dado un vuelco a su política comercial para beneficiar a la industria local, por lo cual comenzó a renegociar el acuerdo comercial con sus vecinos, México y Canadá, e impulsó la reforma tributaria que da beneficios a las compañías a cambio de generar empleo y aumentar la producción local.

Con Trump, Estados Unidos también ha enfatizado su carácter pragmático, como con la reciente sanción para cerrar la puerta a lavadoras producidas fuera de Estados Unidos, por supuesta competencia desleal, medida que cobijó también a países con TLC o preferencias arancelarias vigentes.

En el reciente discurso del Estado de la Unión, Trump ratificó su política y advirtió que revisará los acuerdos comerciales que su administración comercial considere perjudiciales o que no son recíprocos con su industria.

Frente a la coyuntura que se presenta, el llamado es a elevar el nivel de la relación comercial con Estados Unidos, ponernos a tono con sus prioridades para resolver los asuntos pendientes, al tiempo que nuestra oferta exportable avanza en su diversificación y valor agregado.

Ahora que la tendencia de las cifras juega a nuestro favor no podemos bajar la guardia, es el momento de estructurar un cambio para dejar de depender de los hidrocarburos, los minerales y otros commodities, y apostarle especialmente a una de las mayores vocaciones del Valle, a la agroindustria, y aprovechar al máximo posible las oportunidades que ofrece el acuerdo con Estados Unidos.

 Publicado en El País.

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