La “Globalización 5.0”, con una mayor integración socioeconómica y tecnológica y el fortalecimiento de alianzas regionales y globales, recuperación y diversificación de las cadenas de suministro, alta movilidad laboral y de datos, así como la proliferación de innovación en bienes y servicios.
Por: Maria Claudia Lacouture, Directora Ejecutiva de AmCham Colombia
Bogotá, 31 de mayo del 2022 (AmCham Colombia)– En las últimas deliberaciones del Foro Económico Mundial (FEM) quedó claro que la economía mundial está experimentando una transformación fundamental, con nuevos escenarios de globalización desprendidos de los efectos de la pandemia, la crisis climática, la reconfiguración de las cadenas globales de valor, la evolución tecnológica, el conflicto bélico en Europa y los realineamientos geopolíticos.
La sensación general es que estamos en un punto de inflexión, de volatilidad e incertidumbre, frente a desafíos en rápida evolución, anidados en problemas globales latentes como el aumento de las desigualdades y la necesidad de adaptar las sociedades a una inevitable transición digital y ecológica.
Los economistas jefes del FEM pronostican una nueva fase de alta polarización, fragmentación entre los mercados de bienes, tecnología y trabajo, y plantean cuatro escenarios de globalización para 2027.
El primero de ellos es la “Globalización 5.0”, con una mayor integración socioeconómica y tecnológica y el fortalecimiento de alianzas regionales y globales, recuperación y diversificación de las cadenas de suministro, alta movilidad laboral y de datos, así como la proliferación de innovación en bienes y servicios. Sugiere el reconocimiento de la prosperidad compartida, con marcada tendencia a alejarse de la globalización del pasado. En este escenario las cadenas de suministro serían más resistentes y politizadas y las empresas multinacionales más cautelosas.
El segundo escenario son las “Redes analógicas”, en el cual la integración física se fortalece con la reanudación del comercio de bienes, especialmente productos estratégicos como alimentos, energía y metales, con una fragmentación de la tecnología a través de las fronteras. Como resultado de los impactos geopolíticos, económicos y de salud de la primera parte de la década, muchos gobiernos reconocerían los beneficios de la cooperación para garantizar que sus poblaciones tengan acceso asequible a alimentos, combustible y otros bienes. Sin embargo, a medida que se intensifique la carrera tecnológica entre los principales centros de poder, algunos gobiernos querrán ejercer mayor control.
El tercer escenario es el “Dominio digital” que implica restricciones a la importación, los subsidios y la competencia por alimentos, energía y los otros productos básicos, con fabricación muy localizada y los componentes de la cadena de valor determinados por alianzas y rivalidades políticas. La retórica proteccionista aumentaría, mientras las plataformas tecnológicas y los servicios en línea se multiplicarían.
Un “Mundo autárquico” es el último escenario, en el que la pandemia mundial y el conflicto geopolítico habrán tenido consecuencias de largo alcance y los líderes estarían bajo presión. Muchos impondrían restricciones al comercio con menores flujos transfronterizos de capital e inversión, con cadenas de valor menos intensivas y altamente localizadas o regionalizadas. Los países buscarían un mayor control sobre la información, la tecnología y el conocimiento. La censura y la vigilancia de Internet se extenderían dentro de las economías y la desinformación aumentaría.
¿Cuál de esos escenarios se impondrá? ¿Estamos preparados para dar el viraje y aprovechar las oportunidades que se abren en cualquier de los escenarios? Esas y otras son las preguntas que tenemos que comenzar a responder.
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¿Hacia una nueva globalización?
La “Globalización 5.0”, con una mayor integración socioeconómica y tecnológica y el fortalecimiento de alianzas regionales y globales, recuperación y diversificación de las cadenas de suministro, alta movilidad laboral y de datos, así como la proliferación de innovación en bienes y servicios.
Por: Maria Claudia Lacouture, Directora Ejecutiva de AmCham Colombia
Bogotá, 31 de mayo del 2022 (AmCham Colombia)– En las últimas deliberaciones del Foro Económico Mundial (FEM) quedó claro que la economía mundial está experimentando una transformación fundamental, con nuevos escenarios de globalización desprendidos de los efectos de la pandemia, la crisis climática, la reconfiguración de las cadenas globales de valor, la evolución tecnológica, el conflicto bélico en Europa y los realineamientos geopolíticos.
La sensación general es que estamos en un punto de inflexión, de volatilidad e incertidumbre, frente a desafíos en rápida evolución, anidados en problemas globales latentes como el aumento de las desigualdades y la necesidad de adaptar las sociedades a una inevitable transición digital y ecológica.
Los economistas jefes del FEM pronostican una nueva fase de alta polarización, fragmentación entre los mercados de bienes, tecnología y trabajo, y plantean cuatro escenarios de globalización para 2027.
El primero de ellos es la “Globalización 5.0”, con una mayor integración socioeconómica y tecnológica y el fortalecimiento de alianzas regionales y globales, recuperación y diversificación de las cadenas de suministro, alta movilidad laboral y de datos, así como la proliferación de innovación en bienes y servicios. Sugiere el reconocimiento de la prosperidad compartida, con marcada tendencia a alejarse de la globalización del pasado. En este escenario las cadenas de suministro serían más resistentes y politizadas y las empresas multinacionales más cautelosas.
El segundo escenario son las “Redes analógicas”, en el cual la integración física se fortalece con la reanudación del comercio de bienes, especialmente productos estratégicos como alimentos, energía y metales, con una fragmentación de la tecnología a través de las fronteras. Como resultado de los impactos geopolíticos, económicos y de salud de la primera parte de la década, muchos gobiernos reconocerían los beneficios de la cooperación para garantizar que sus poblaciones tengan acceso asequible a alimentos, combustible y otros bienes. Sin embargo, a medida que se intensifique la carrera tecnológica entre los principales centros de poder, algunos gobiernos querrán ejercer mayor control.
El tercer escenario es el “Dominio digital” que implica restricciones a la importación, los subsidios y la competencia por alimentos, energía y los otros productos básicos, con fabricación muy localizada y los componentes de la cadena de valor determinados por alianzas y rivalidades políticas. La retórica proteccionista aumentaría, mientras las plataformas tecnológicas y los servicios en línea se multiplicarían.
Un “Mundo autárquico” es el último escenario, en el que la pandemia mundial y el conflicto geopolítico habrán tenido consecuencias de largo alcance y los líderes estarían bajo presión. Muchos impondrían restricciones al comercio con menores flujos transfronterizos de capital e inversión, con cadenas de valor menos intensivas y altamente localizadas o regionalizadas. Los países buscarían un mayor control sobre la información, la tecnología y el conocimiento. La censura y la vigilancia de Internet se extenderían dentro de las economías y la desinformación aumentaría.
¿Cuál de esos escenarios se impondrá? ¿Estamos preparados para dar el viraje y aprovechar las oportunidades que se abren en cualquier de los escenarios? Esas y otras son las preguntas que tenemos que comenzar a responder.
Publicado en La República, disponible aquí
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