“La pobreza se erradica con empleo y el empleo se genera con industrias fortalecidas”

2 de septiembre de 2022

Si logramos que la reforma tributaria sea justa y no limite el desarrollo de las empresas, éstas podrán fortalecer las economías en cada municipio para que provean bienestar y empleo.

Bogotá, 2 de septiembre de 2022 (AmCham Colombia).-  Las siguientes son las palabras de María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia y de la alianza ALIADAS, en el encuentro interparlamentario y gremial que tuvo lugar en Cartagena:

“Me da mucho gusto tener el honor y el privilegio de compartir con ustedes como Presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, y como presidenta de la alianza Aliadas, que congrega a 36 gremios y asociaciones que a través de la multiplicidad de intereses y puntos de vista, compartimos todos la idea de que para lograr un desarrollo debe haber una paz integral desde las regiones y para lograrlo la forma en que el aparato productivo se desarrolla en las regiones es indispensable para generar bienestar para la población 

Hoy podemos estar o no de acuerdo con los lineamientos del cambio establecidos, con percepciones distintas de los problemas e interpretaciones diferente de las soluciones, pero independientemente de las diferencias estas no debe ser un obstáculo para ver oportunidades que se tienen.

En este momento, para nosotros los del Caribe, el asunto es de objetividad, sin apasionamientos ni radicalismos. Estamos frente a la posibilidad de hacer un bloque regional público-privado muy fuerte, constructivo y pragmático que nos permita sacar los mejores dividendos para la región en todos los ámbitos y principalmente en los aspectos que no permiten el desarrollo de una vida digna para todos los de esta región que incluye educación, salud, acceso a los servicios, cubrimiento digital, emprendimiento, productividad y competitividad, por mencionar algunos. Y, por supuesto, combatir la corrupción, la madre de todos los males.

La corrupción, la informalidad y la tendencia de algunos a tomar el camino corto en beneficio propio son algunas de las principales razones por las que el desarrollo Caribe se ha visto estancado por décadas, cuando debería ser el mayor polo de crecimiento del país, no solo porque tiene excelentes puertos en la cuenca del Caribe donde están ni más ni menos México y Estados Unidos, sino porque en su franja se encuentran tierras fértiles para la producción agrícola, los mejores destinos turísticos, la mayor diversidad cultural, además de un potencial ilimitado para la industria, la logística y los servicios.

Como bien menciono el presidente del Congreso, Roy Barreras, para lograrlo es fundamental que se haga una gran alianza público-privada. Este binomio articulado y comprometido será garantía de que las cosas funcionen. El Estado y la empresa privada deben trabajar juntos en la búsqueda de los grandes propósitos de la región que son los de proveer a sus habitantes de servicios adecuados y crear empleo a través del fortalecimiento del tejido empresarial, del turismo y la industrialización en la región. 

Debe garantizarse a la sociedad y a la industria la energía y el agua, con precios justos, con eficacia y sin corrupción.

No se puede exigir al tejido empresarial formal, que constantemente está aportando a través de la generación de empleo, pago de impuestos, impulso a la innovación, entre otros, que cubra adicionalmente las limitaciones del Estado y los delitos de unos pocos. 

Y por esto permítanme hacer un énfasis en la reforma tributaria. Desde todo el tejido empresarial no se desconoce la importancia de contar con los recursos para poder cubrir los enormes gastos producto de la pandemia, pero hacemos un llamado a mantener un equilibrio adecuado entre ajustar el ingreso público y afectar la viabilidad de las empresas, de las personas naturales y por consiguiente del ahorro y el consumo en el país. 

Una reforma que le pide nuevamente, porque hace menos de un año y medio el mismo tejido empresarial aporto 12 billones de pesos, que vuelva a poner 10 billones en un contexto postpandemia con inflación y con las perspectivas de un crecimiento económico de 2% al 3% en el 2023, puede generar un freno en el desarrollo económico el país, del empleo y de la industrialización que compartimos con el Gobierno que es indispensable para el país. 

De ser aprobado el proyecto no será posible que Colombia y la región Caribe sea competitiva a nivel internacional, reducirá su posibilidad de tener productos que compitan y permitan la sustitución de importaciones.

Pero si logramos que la reforma sea justa y no limite el desarrollo de las empresas, éstas podrán fortalecer las economías en cada municipio de la región para que provean bienestar y empleo, fortalezcan el tejido empresarial, desde las micro hasta las grandes empresas, y contribuyan al crecimiento económico.

Somos conscientes de la importancia del desarrollo sostenible, en las energías limpias, en el desarrollo de nuevas opciones de combustibles, pero consideramos que es indispensable, incluso para las oportunidades en la región Caribe, construir sobre una transición energética justa, segura y ordenada que permita mantener las oportunidades que ofrecen los sectores tradicionales a la estabilidad macroeconómica, a los ingresos de la nación, a la generación de empleo y el crecimiento de las regiones. 

La pobreza se erradica con empleo y el empleo se genera con industrias fortalecidas, con empresas de todos los tamaños, con emprendimiento, con educación, con innovación y acceso a la tecnología. El sector privado a través de sus gremios son catalizadores de oportunidades para la región. Nos ponemos a disposición para jalonar oportunidades nacionales e internacionales. 

El tejido empresarial le apuesta al trabajo público-privado, le apuesta al desarrollo de las comunidades y el fortalecimiento de las regiones. 

Muchas gracias.