Las mujeres y las elecciones

15 de febrero de 2022

Esperamos que no solo aumente el número de mujeres inscritas, sino que sean elegibles, que tengan buenas condiciones, que les apoyemos y que votemos por ellas.

Por: Maria Claudia Lacouture, Directora Ejecutiva de AmCham Colombia

Bogotá, 15 de febrero del 2022 (AmCham Colombia)– Si bien en Colombia se evidencia un esfuerzo en la inclusión de las mujeres en la política, el proceso ha sido lento desde que se nos otorgó el derecho a votar, en 1957. El número de mujeres inscritas a los cuerpos legislativos aumenta paulatinamente desde que el Código Electoral de 1986 estableció 30% como mínimo dentro de las listas presentadas.

La modificación que establece la paridad de género, aprobada por el Congreso en 2020, espera desde entonces la sanción por parte de la Corte Constitucional. Las listas al Senado para los próximos comicios del 13 de marzo quedaron conformadas con 40% de mujeres y las de Cámara de Representantes con el 41,2%, lo que significa un avance frente a las elecciones de Congreso de 2018, donde el porcentaje fue de 33% y 36%, respectivamente.

Esperamos que no solo aumente el número de mujeres inscritas, sino que sean elegibles, que tengan buenas condiciones, que les apoyemos y que votemos por ellas. En 2018 las mujeres ganaron 21% de los escaños para el Senado y 19% para Cámara de Representantes. Según Transparencia por Colombia, la escasa representación de las mujeres en la política también se relaciona con el acceso desigual de los recursos de financiación para las campañas políticas.

Y con tantos asuntos que afectan a las mujeres, pocas propuestas concretas y de fondo se han escuchado en esta campaña sobre la equidad de género, pese a que fueron las mayores víctimas de la pandemia, no solo porque obligó a muchas de ellas a regresar a sus casas para hacerse cargo de los confinamientos, sino porque sus ocupaciones laborales fueron de las primeras recortadas por la crisis.

La relevancia de que cada vez haya más mujeres en cargos de construcción de políticas públicas es que se vea reflejado en acciones que benefician el interés común de todos los colombianos, garantizar mayores y mejores oportunidades de empleo, acceso a créditos, a capacitación y una verdadera inclusión en la sociedad.
Lo que aspiran organizaciones promotoras de la equidad como Women in Connection y el Club del 30% es que este año se logre avanzar entre 18% a 25% de mujeres en las juntas directivas, no por un capricho, sino por que aporta a las discusiones tener una participación balanceada. Las juntas directivas con mujeres se gestionan mejor los asuntos de seguimiento, con más disciplina, búsqueda por el bien común e independencia en la toma de decisiones.

En lugar de cuotas de género debe gestionarse la complementariedad y que lo que hoy se discute como un asunto de espacios para hombres o mujeres pase a ser simplemente un complemento de valores y capacidades. Hay mucho más de fondo que sustenta esta complementariedad que el simple hecho de cumplir una cuota, por lo que las instituciones, las empresas y las organizaciones con cuerpos directivos deben abordar la desigualdad de género y hacer cambios estructurales al interior de las corporaciones.

La sociedad en estos momentos requiere de esas características propias de las mujeres, de sus fortalezas y habilidades innatas, de su capacidad de entrega, su creatividad y habilidad para la solución de controversias. Y parte importante será que lleguen más mujeres a las altas esferas del poder político. Tenemos una nueva oportunidad el 13 de marzo.

Publicado en La República, aquí