Pronósticos a la baja, expectativa al alza


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Todo indica que para los próximos 2 años el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, consolidará su política de “América primero”

 

La Ex Ministra de Comercio, Industria y Turismo, ahora directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, María Claudia Lacouture (@mclacouture ) hace una reflexión sobre el

rumbo que lleva el comercio de los Estados Unidos, dos años después que Donald Trump asumiera la presidencia.

 

El presidente Donald Trump atravesó la mitad de su mandato sin que se logre entrever un cambio en sus políticas comerciales y, por el contrario, todo indica que para los próximos dos años consolidará su política de “América primero”, prolongando las tensiones con los países que considera se han aprovechado de la generosidad estadounidense, presionando a sus empresarios a regresar del exterior con sus inversiones, rebajando sustancialmente los impuestos y reduciendo las regulaciones, medidas infalibles para estimular las inversiones y la generación de empleo, y que contribuyen a allanar el camino hacia la reelección.

 

En el ámbito internacional los analistas observan un panorama más pesimista. Las medidas unilaterales estadounidenses y sus acciones a contracorriente del libre comercio afectan la economía mundial, contribuyen a tensar las relaciones internacionales y hacen prever un camino de obstáculos y dificultades que se reflejarán en una desaceleración de la economía mundial.

 

El lunes, el FMI revisó a la baja su pronóstico para el crecimiento mundial dejándolo en 3.5% para 2019, 0,2% menos de lo que había proyectado en octubre pasado, principalmente por las tensiones comerciales, los efectos del Brexit y el decrecimiento en China, que sólo creció un 6.6% en 2018, la tasa más baja desde 1990. Aunque los anuncios catastróficos de una guerra comercial se han ido diluyendo, ésta mantiene sus signos vitales y con ella un pesimismo general.

 

La tregua de 90 días pactada en diciembre por Trump y Xi Jinping fue un buen mensaje de fin de año y alivió las tensiones comerciales, pero las relaciones diplomáticas se tensaron casi de inmediato con la detención en Canadá de la directora financiera de la compañía china Huawei para su posible extradición a Estados Unidos, que investiga a la empresa por vulnerar las sanciones a Irán.

 

Luego de ese episodio, que sigue sin resolverse, el presidente Trump manifestó la semana pasada que ve muy posible que se concrete un acuerdo entre su gobierno y los chinos, pues las negociaciones “están yendo tan bien como podrían ir”. No obstante, en el mismo discurso -y a su estilo-, desmintió una información periodística según la cual Washington estudiaba la posibilidad de levantar los aranceles a productos chinos para avanzar en las conversaciones bilaterales. Habrá que esperar a la próxima ronda de negociaciones programada para el 30 y 31 de enero.

 

Con ese panorama de tire y afloje nos mantendremos un buen tiempo en el concierto mundial. Mientras, en la región latinoamericana tenemos un escenario como para alquilar balcón: estamos a la expectativa de la dirección que le imprima a su mandato el mexicano Andrés Manuel López Obrador (la austeridad incluye cerrar las oficinas de Proméxico); el rumbo hacia la derecha del brasileño Jair Bolsonaro; el destino incierto del venezolano Maduro con una inflación incontrolable y así cada cual con su situación.

 

Los colombianos, por nuestra parte, estamos pendientes de los efectos de la Ley de Financiamiento, de la evolución del proceso de paz suscrito con las FARC, la tensión que generó la explosión del carro bomba en Bogotá y la consecuente decisión del Gobierno de no seguir adelante en los acercamientos con el ELN ante la evidente falta de voluntad de paz de esa organización. Nadie quiere volver a la Colombia de los años 90. En ese contexto, debemos mantenernos fuertes, sin desfallecer. En el ámbito comercial los empresarios deben observar, evaluar, decidir y apostarle al crecimiento del país.

 

Tener información oportuna será clave. Por ejemplo, de las restricciones comerciales entre EEUU y China, en AmCham Colombia identificamos oportunidades en los dos mercados y también banderas rojas de alerta por el desvío de algunos productos que buscan refugio en nuestros países.

 

Mi invitación es a que estemos muy bien informados, que no nos detengamos en el propósito de mejorar la competitividad y la productividad y que presionemos juntos para combatir la corrupción, la informalidad, la evasión y el contrabando, los males mayores de nuestro sistema.

 

 

Publicado en Caracol Radio, disponible aquí 

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