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Señales para la inversión

3 de febrero de 2020

Para un país que ha venido creciendo en la atracción de inversión extranjera directa y que necesita que siga en ascenso es indispensable generar confianza a los inversionistas con políticas claras y de largo plazo. 

Por: Maria Claudia Lacouture, directora ejecutiva de AmCham Colombia

Bogotá, 03 de febrero de 2020. (AmCham Colombia)-. El 2020 será retador en todo el sentido de la palabra. Un año de lenta recuperación en la economía mundial, de expectativa regional y de optimismo por la pausa de la tensión entre China y Estados Unidos sobre la cual aún no se puede cantar victoria por lo que es importante esperar a la firma de la Fase 2, en donde el panorama es complicado. El camino del Brexit será complejo y las economías que impulsan el crecimiento, como Alemania, Japón y China tienen perspectivas bajas.

Para un país que ha venido creciendo en la atracción de inversión extranjera directa y que necesita que siga en ascenso es indispensable generar confianza a los inversionistas con políticas claras y de largo plazo, proyectos alineados a las nuevas tendencias y una promoción enfocada en las nuevas variables internacionales.

El trabajo público-privado es indispensable, pero no solo entre el Ejecutivo y las empresas, es importante la alineación con el Legislativo, una labor tripartita para generar equidad y empleo, en lugar de trabas al desarrollo, la innovación y la adaptación a las nuevas tecnologías.

Colombia ofrece muchas certezas, por su seriedad macroeconómica, fortaleza institucional y respeto a las normas. El inversionista confía en Colombia. Pero hay señales que inquietan y en el nuevo contexto global de incertidumbre constante, se reflexiona más para la toma de decisiones.

La seguridad jurídica, la corrupción, el fraccionamiento político o que las protestas se extiendan y los especialistas en pescar en ríos revueltos nos lleven hacia el populismo son señales que inquietan, como el hecho de que haya más de 40 proyectos de ley de telecomunicaciones en curso para limitar el desarrollo de la industria, o cuando cambia en menos de un año el sistema tributario y hay vulnerabilidad en la propiedad intelectual, entre otros asuntos sensibles.

En un año de lenta globalización en la economía y de fortalecimiento del comercio regional, el país puede ser generador de grandes oportunidades para Estados Unidos, más cuando acaban de lanzar su estrategia de “América crece” para invertir una cifra importante en Colombia y Latinoamérica.

El volumen de comercio e integración, en las cadenas globales de valor, seguirá creciendo, pero a menor tasa, lo que lleva a los inversionistas a buscar opciones más cercanas con procesos más eficientes y con menos riesgos.

La desigualdad y el populismo global, incluido Colombia, tendrán una alta implicación para el establecimiento de incentivos, impuestos y regulación pertinente para jalonar la inversión y fomento empresarial. Con la Ley de Crecimiento se tienen herramientas para competir y sería importante hacer una promoción agresiva, en países como Estados Unidos para mostrar los beneficios que ofrece el país en un entorno internacional complicado.

Los sectores que siempre han sido jalonadores de inversión en el mundo seguirán creciendo. Según FDI, el 15% llegó a hidrocarburos, bienes raíces con 13%, energías renovables, 9%; químicos, 6%; metales, 5%, y hotelería y turismo, 5%. En todos tenemos oportunidades, en particular en este último que podría ser detonante para regiones emergentes como La Guajira o Nariño.

Es momento dar las señales adecuadas para la IED y fortalecer las herramientas que ayuden a generar mayores ingresos y empleo, que el país se abra a las nuevas tendencias y hacer la promoción correcta en los sectores y países en donde tenemos oportunidades.

Publicado en La República, disponible aquí