Un paso adelante frente a la amenaza arancelaria




Por: María Claudia Lacouture, directora ejecutiva de AmCham Colombia 

 

Calmadas, en parte, las aguas entre México y Estados Unidos por cuenta de la presión arancelaria que el presidente Donald Trump ejerció contra el mexicano Andrés Manuel López Obrador para obligarle a ejecutar acciones más decididas y comprometidas contra la migración, ya pocos dudan de que una acción similar pueda recaer, aunque suene absurdo, sobre Colombia una vez surjan de nuevo los pendientes que indisponen a los estadounidenses contra nosotros, en particular los relacionados con el narcotráfico.

Es la estrategia que EE.UU. utilizó contra China y con la que mantiene presión sobre la Unión Europea y sobre cualquier nación que se resista a alinearse con las políticas de la administración Trump y sus argumentos de seguridad nacional.

En materia de relación con Estados Unidos, Colombia tiene varios asuntos entre el tintero, algunos relacionados con el comercio, como los temas de propiedad intelectual y chatarrización sobre los cuales se han dado avances, y la erradicación de cultivos ilícitos, cuya extensión viene creciendo, y que preocupa a Washington en la medida que ese aumento nos reafirma, ingratamente, como los principales productores de coca en el mundo.

Aunque el Gobierno tiene en marcha acciones para la erradicación de cultivos ilícitos, Estados Unidos no ve el avance que quisiera en este proceso. Por eso cayeron tan duro las declaraciones de Trump hace unas semanas cuando expresó públicamente, en Miami, sus preocupaciones en ese sentido. La situación sería diferente de no ser porque estamos ad portas de un proceso electoral para la reelección presidencial en ese país, factor que incide para que el jefe del Estado sea más duro en sus posiciones “pro América” y por las cuales triunfó en las elecciones de 2016.

A ello se suma la presión que está recibiendo la administración por parte del Congreso con una Cámara mayoritariamente demócrata y que empieza a exigir mayores resultados en temas como los pendientes laborales que también datan de la suscripción del tratado de libre comercio con Estados Unidos.

Colombia, sin lugar a dudas, está haciendo la tarea, no sólo de ahora, sino desde hace años está comprometida en la lucha contra el narcotráfico en todas sus formas y en toda la cadena. La alianza con Estados Unidos ha sido clave para ello y la cooperación que hemos recibido en asuntos judiciales, técnicos y de desarrollo, así como la responsabilidad compartida, ha permitido importantes avances en el combate a este flagelo que, al mismo tiempo, se ha reinventado para evadir la acción de la justicia.

La recomendación es sencilla. Evitemos que Estados Unidos ponga el teleobjetivo sobre Colombia. De un lado, con políticas que resuelvan los pendientes y acciones que garanticen el control de los cultivos ilícitos. Hay que ser proactivos, fortalecer el diálogo y claro, mostrar resultados. Colombia es socio de Estados Unidos y para nosotros es el principal mercado internacional, un valioso aliado y fuente fundamental para la cooperación.

Es fundamental contar con una cruzada diplomática y empresarial que llegue al oído de actores influyentes en Estados Unidos para evitar que nuestra relación se deteriore o que nos veamos contra la pared frente a una tenaza arancelaria. Debemos volver a maletear ante el Congreso, ante asociaciones y ante el Gobierno de los Estados Unidos (tanto empresarios colombianos como americanos en Colombia) para mostrar las variables que están en juego, los avances que se están dando y los temas complementarios que se tienen entre los dos países. López Obrador pudo haberse evitado el anuncio de sanciones si hubiera actuado con parecida contundencia desde el comienzo. Unos aranceles tienen un costo demasiado alto como para obviar la situación o hacerse los desentendidos.

Tenemos que trabajar y evitar echar por la borda el trabajo de al menos siete años de diversificación de las exportaciones no mineras, la inversión de ese país en Colombia y en resumen, reducir a la más mínima expresión cualquier posibilidad de negocios.

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