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Una votación decisiva

11 de octubre de 2021

Para lograr un verdadero desarrollo y poder superar la situación de crisis que nos dejó el coronavirus, tenemos que dejar por fin en el pasado las viejas prácticas que responden a intereses personales y partidistas, se necesita un Congreso plural, paritario, comprometido, independiente y fiel a los intereses del electorado.

Por: Maria Claudia Lacouture, Directora Ejecutiva de AmCham Colombia

Bogotá, 04 de octubre (AmCham Colombia)-. La pandemia nos dejó muy claro que el Congreso es esencial para la gobernabilidad y la estabilidad. Y son tantos los pendientes que tiene el país, son tantas las reformas necesarias para darle un nuevo rumbo a la nación, que el próximo periodo legislativo será todavía más determinante, pero poco se habla de ello, ni aparecen con claridad quienes podrían ser los aspirantes.

Debemos recordar algo que dejó muy claro la pandemia y es que el Congreso es esencial para el Gobierno y para el país, que tiene el poder de tomar las iniciativas, proponer las reformas y propiciar los cambios fundamentales. Lo que suceda en la próxima legislatura será determinante por los próximos 50 años. Si se hacen las reformas será para mejor, si hace poco o nada, estaremos condenados al estancamiento, al subdesarrollo y a la pobreza.

La reforma laboral, la pensional, la tributaria estructural, la de la justicia son inaplazables. Educación, cobertura y acceso digital y devolver la confianza a los jóvenes son otros asuntos que tampoco tienen discusión. El país necesita mirar con muchísima atención quienes son los candidatos ya que el Congreso tiene en sus manos las decisiones de los temas más importantes de nuestro país, no puede ser una campaña soterrada, hay que darle mayor visibilidad y buscar a las personas correctas.

No obstante, a seis meses de las elecciones legislativas, no hay listas definidas ni se tiene información suficiente sobre quienes se van a lanzar y mucho menos qué proponen. La sociedad debe estar atenta y denunciar las componendas, el tráfico de influencias, la corrupción electoral, los intereses ocultos. Es casi imposible, pero por difícil que sea no podemos dejar de luchar contra esas prácticas ni renunciar a un país mejor.

Hemos estado tan concentrados en la silla presidencial -y no es para menos-, que prácticamente ignoramos los comicios legislativos, en parte por su propio desprestigio y la impotencia de revertirlo. Además, hay que sumarle la proliferación de aspirantes a la máxima magistratura, se habla de 80 personas manifestando su intención de ser candidatos.

Aparecen nuevos movimientos y organizaciones políticas, lo cual, dispersa más la coherencia política y se hace notoria la gran fragmentación de la política colombiana: los partidos siguen perdiendo terreno y credibilidad frente a los ciudadanos.

Para lograr un verdadero desarrollo y poder superar la situación de crisis que nos dejó el coronavirus, tenemos que dejar por fin en el pasado las viejas prácticas que responden a intereses personales y partidistas, se necesita un Congreso plural, paritario, comprometido, independiente y fiel a los intereses del electorado.

No son menores estas elecciones y el país necesita mirar con lupa quienes van a ser los candidatos. Algunas razones adicionales: la coyuntura en las regiones y en los territorios dadas las dinámicas de cada uno pueden conspirar en una buena elección. Las economías ilegales disparadas producto de la coca y la corrupción. – las maquinarias clientelistas estarán haciendo las acciones que siempre hacen a punta de contratos, lo que va a llevar a presionar al Gobierno.

Las próximas semanas serán claves en la conformación de listas, alianzas y pactos electorales. Necesitamos estar alertas y que los medios informen, denuncien y ayuden a que los colombianos estemos bien informados y orientados. Es una votación decisiva.

Publicado en La República, aquí