El cierre del Gobierno en EE. UU. aceleraría llegada de otra recesión




 

El cierre del Gobierno en EE. UU. aceleraría llegada de otra recesión

 

El enfrentamiento político tiene efectos que pueden revertir el crecimiento en el primer trimestre.

 

La ‘rabia política’ en Washington crea incertidumbre, y eso alimenta los temores por su impacto en la economía, en un momento de tensión en el que empiezan a observarse corrientes que van en sentidos opuestos. El cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos, que cumple su cuarta semana, podría revertir el crecimiento previsto para el primer trimestre y dejarlo en cero si se prolonga.

La proyección que se daba hasta ahora era de un crecimiento cercano al 2 por ciento entre enero y marzo. Pero el primer trimestre es el más vulnerable porque la actividad se frena debido a factores estacionales como la disrupción por las nevadas y la moderación del consumo tras las compras navideñas. El efecto de cierre del Gobierno es limitado en el tiempo y afecta a una cuarta parte de los funcionarios.

Si llega a cinco semanas, la economía perdería 5.700 millones de dólares. La cifra coincide con los fondos que solicita el presidente Donald Trump para la construcción del muro en la frontera con México. Parece nada comparada con los 21,4 billones de dólares en los que se cuantifica el PIB de EE. UU. “Pero significa mucho para los empleados que tratan de cubrir sus gastos”, según S&P.

La situación actual, además, no tiene precedentes y representa un dolor de cabeza adicional a las complicaciones por el litigio comercial, el alza de tipos de interés y la moderación del crecimiento global. Eso podría acelerar la llegada de la próxima recesión, porque reduce de golpe el poder de compra de 800.000 personas. Como lo advierten desde Jefferies, tiene un efecto multiplicador negativo. 

El costo es directo e indirecto, explica S&P. Se cancelan vacaciones en los parques nacionales, visitas a los museos, y muchos monumentos están cerrados. A esto se suman pequeños contratistas que trabajan para la Administración. “Aunque en principio no debería afectar los planes de negocios de estas compañías –señalan sus economistas–, podría llevarlos a reducir personal y eso extenderá el daño”.

Ed Bastian, el consejero delegado de Delta Airlines, anticipa una pérdida de 25 millones en ingresos este mes porque viajan menos contratistas y funcionarios. El cierre también tiene en mínimos al regulador bursátil, lo cual dilata los trámites de las solicitudes de compañías que quieren cotizar en bolsa.

 

Publicado en El Tiempo, disponible aquí 

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