La sobretasa colombiana al etanol inquieta a EE. UU.
29 de julio de 2019
Las autoridades estadounidenses temen que la decisión del gobierno colombiano de imponer temporalmente una sobretasa a las importaciones de etanol, vigente desde mayo, pueda convertirse en una medida permanente y afectar el buen momento que experimentan las ventas de este rubro.
La medida, establecida por un periodo de cuatro meses, fijó un derecho compensatorio equivalente a un gravamen del 9,36% sobre el valor del etanol importado desde EE. UU., en respuesta a los subsidios que reciben tanto los productores de maíz, principal materia prima, como las plantas destiladoras del combustible, destinado a ser mezclado con la gasolina motor.
Según un informe del Departamento de Agricultura (Usda), dicha sobretasa y los altos precios del maíz, pueden convertirse en una seria desventaja para las colocaciones de etanol en el mercado colombiano, que atraviesan una de sus mejores épocas.
De acuerdo con las cifras del Departamento de Comercio, las ventas de etanol hacia Colombia habían alcanzado durante los primeros cinco meses de este año, un monto récord de US$18 millones, que se comparan con cerca de US$12 millones, que sumaron las exportaciones del producto en todo el 2018.
Brasil y Colombia son precisamente los principales destinos del etanol estadounidense en el continente.
Como combustible derivado del maíz, materia prima que representa aproximadamente el 80% del costo de producción del etanol, este producto compite abiertamente con el etanol obtenido de la caña de azúcar.
En tales circunstancias, señala el informe, aunque el etanol tiene libre acceso al mercado colombiano, según lo dispuesto en el Tratado de Libre Comercio (TLC), los derechos compensatorios sobre los cuales ya expresó su preocupación el gobierno de Washington, colocan a los productores de ese país en una seria desventaja a los exportadores. La preferencia de la industria de biocombustibles para compensar los faltantes de etanol esperados se reorientaría hacia otros procesadores de caña del sur del continente.
Calculan que la demanda de etanol en el presente año estará un poco por encima de los 700 millones de litros, de los cuales alrededor de 220 millones deberán ser atendidos con importaciones, siendo Estados Unidos, prácticamente el único proveedor.
La sobretasa colombiana al etanol inquieta a EE. UU.
Las autoridades estadounidenses temen que la decisión del gobierno colombiano de imponer temporalmente una sobretasa a las importaciones de etanol, vigente desde mayo, pueda convertirse en una medida permanente y afectar el buen momento que experimentan las ventas de este rubro.
La medida, establecida por un periodo de cuatro meses, fijó un derecho compensatorio equivalente a un gravamen del 9,36% sobre el valor del etanol importado desde EE. UU., en respuesta a los subsidios que reciben tanto los productores de maíz, principal materia prima, como las plantas destiladoras del combustible, destinado a ser mezclado con la gasolina motor.
Según un informe del Departamento de Agricultura (Usda), dicha sobretasa y los altos precios del maíz, pueden convertirse en una seria desventaja para las colocaciones de etanol en el mercado colombiano, que atraviesan una de sus mejores épocas.
De acuerdo con las cifras del Departamento de Comercio, las ventas de etanol hacia Colombia habían alcanzado durante los primeros cinco meses de este año, un monto récord de US$18 millones, que se comparan con cerca de US$12 millones, que sumaron las exportaciones del producto en todo el 2018.
Brasil y Colombia son precisamente los principales destinos del etanol estadounidense en el continente.
Como combustible derivado del maíz, materia prima que representa aproximadamente el 80% del costo de producción del etanol, este producto compite abiertamente con el etanol obtenido de la caña de azúcar.
En tales circunstancias, señala el informe, aunque el etanol tiene libre acceso al mercado colombiano, según lo dispuesto en el Tratado de Libre Comercio (TLC), los derechos compensatorios sobre los cuales ya expresó su preocupación el gobierno de Washington, colocan a los productores de ese país en una seria desventaja a los exportadores. La preferencia de la industria de biocombustibles para compensar los faltantes de etanol esperados se reorientaría hacia otros procesadores de caña del sur del continente.
Calculan que la demanda de etanol en el presente año estará un poco por encima de los 700 millones de litros, de los cuales alrededor de 220 millones deberán ser atendidos con importaciones, siendo Estados Unidos, prácticamente el único proveedor.
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