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Los sondeos registran el desplome de Trump, mientras Biden se trepa

21 de julio de 2020

El presidente de EE. UU., criticado por el manejo de la pandemia, pierde hasta por 15 puntos.

Bogotá, 21 de julio de 2020 (El Tiempo).- Todavía faltan tres meses y medio para las elecciones en Estados Unidos, y como se sabe, en política eso es una eternidad.

Pero, a juzgar por los sondeos más recientes, la presidencia de Donald Trump ha entrado en caída libre y sus chances de ganar la reelección en noviembre se están comenzado a ver cada vez más remotos.

Dos sondeos publicados esta semana reflejan con claridad la grave situación en la que se encuentra el mandatario republicano.

El primero es de la Universidad Quinnipiac, que mensualmente hace un paneo para medir su popularidad y el estado de la carrera electoral.

El número más llamativo es el 15. Esos son los puntos que, según Qunnipiac, ya le estaría sacando al mandatario Joe Biden, su rival demócrata en estos comicios.

Según la muestra, Biden contaría con el apoyo del 52 por ciento de la población frente a un 37 por ciento que se inclina por Trump. Hace un mes, la diferencia entre ambos en este mismo sondeo era de solo 8 puntos.

Y el resto de los números tampoco son esperanzadores para él. Solo un 36 por ciento, por ejemplo, apoya su gestión. Se trata de la cifra más baja que obtiene desde que llegó a la Casa Blanca, en enero de 2017, y representa otra caída de 6 puntos frente a los resultados que obtuvo en junio.

También se ‘raja’ en el manejo de la economía, que hasta hace poco era la joya de la corona de su mandato. Según Quinnipiac, solo un 44 por ciento de los estadounidenses aprueba sus decisiones, frente al 52 por ciento que lo respaldaba hace un mes.

Y de allí para abajo, lo que sigue es peor. Casi el 60 por ciento desaprueba su manejo del coronavirus, el 59 por ciento dice lo mismo de las relaciones exteriores y el sistema de salud, y otro 62 por ciento le cuestiona su enfoque respecto a temas raciales y de inequidad. Y los resultados son muy similares cuando se lo compara con Biden en cada uno de estos frentes, donde el exvicepresidente es favorecido, y ampliamente, en todas las categorías.

“Sí, faltan 16 semanas para las elecciones, pero Trump está en un pésimo momento y su futuro no se ve mejor. No hubo ni un solo indicador de nuestra muestra que indicara una tendencia positiva para el presidente”, sostiene Tim Malloy, uno de los analistas que Quinnipiac que trabajaron en la encuesta.

El otro sondeo es el de ‘NBC’ y el ‘Wall Street Journal’; en él, la diferencia Biden-Trump es de 11 puntos (51-40) y ubica la popularidad del mandatario en 42 por ciento y su desaprobación en 56.

Por supuesto, como se sabe, en Estados Unidos lo que termina inclinando la balanza no es el voto nacional, sino los resultados a nivel estatal, donde solo un puñado de ellos –los llamados ‘estados indecisos’– suelen ser claves.

Las cosas no pintan bien

En los ‘estados indecisos’ las cosas tampoco pintan bien para Trump. En este ciclo electoral hay 11 estados que parecen competitivos, es decir que no tienen desde ya un ganador claro, y de donde saldría el ganador: Arizona, Nevada, Iowa, Minnesota, Wisconsin, Pensilvania, Míchigan, Ohio, Carolina del Norte, Florida y Nuevo Hampshire.

En nueve de ellos (Nevada, Minnesota, Míchigan, Pensilvania, Wisconsin, Nuevo Hampshire, Florida, Arizona, Carolina del Norte) Biden va a la cabeza, según el promedio de encuestas de Real Clear Politics (RCP).

Y ya hay cinco de ellos donde la diferencia es de más de cinco puntos, por fuera del margen de error. En Ohio los sondeos están dando un empate y, por lo tanto, Trump solo lo superaría en Iowa, donde la diferencia es de apenas 1,5 por ciento. Si esos resultados se mantuvieran, el exvicepresidente ganaría por barrida.

El proyecto electoral de la Universidad de Virginia, que maneja el profesor Larry Sabato, acaba de actualizar su mapa sobre las intenciones en los estados.

En este, Sabato ya ubica a cinco de estos estados como “inclinados hacia los demócratas” (Nevada, Minnesota, Míchigan, Pensilvania y Nuevo Hampshire); dos, en la columna de “inclinados hacia republicanos” (Iowa y Ohio), y cuatro, como realmente en juego (Florida, Carolina del Norte, Wisconsin, y Carolina del Norte).

Haciendo el conteo basado en ese cálculo, Biden ya tendría en el bolsillo 268 votos del colegio electoral (que elige al presidente) de los 270 que necesita para ganar.

Es decir, llegaría a la Casa Blanca con triunfar en al menos uno de los cuatro que están en juego, asumiendo que los republicanos retengan Iowa y Ohio, donde la diferencia es mínima.

Algo viable, pues Biden va a la cabeza en todos: Florida, por 6,4 puntos en promedio; Wisconsin, 6 puntos; Arizona, 2,8, y Carolina del Norte, 2.

Más sorprendente, por primera vez en décadas, el modelo de la Universidad de Virginia pone a Texas y Georgia al alcance de los demócratas. Dos estados que Trump ganó por más de 10 puntos en 2016 y que suelen votar por un republicano.

“No estamos diciendo que los demócratas van a ganar estos estados. Lo más probable es que no. Pero el hecho de que sean competitivos (en duda) habla claro del negro panorama electoral que enfrenta el presidente en este momento”, dice Sabato.

De acuerdo con el experto, hay cuatro factores que están hundiendo la presidencia de Trump: el coronavirus y el mal manejo que le ha dado a la pandemia (EE. UU. es el país con más contagios y más muertes), la crisis económica, la postura del mandatario frente al racismo y el asesinato de afroestadounidenses, y un agotamiento general de la población tras casi cuatro años plagados de escándalos y polémicas.

Según Sabato, Trump todavía cuenta con tiempo y espacio para recuperarse, y habrá más claridad sobre el estado de la carrera electoral una vez concluyan las convenciones de los partidos, previstas para el mes entrante.

“La situación aún puede cambiar, pero en este momento la situación de Trump es precaria y si la tendencia de las encuestas se mantiene, sería muy difícil imaginar un triunfo de Trump. Más bien estaríamos ante una escenario en el que Biden ganaría con comodidad, llevándose estados que hasta hace poco no eran competitivos y probablemente alterando el mapa del Legislativo, donde los demócratas podrían retener la Cámara y hasta recuperar el Senado”, sostiene el profesor.

Publicado en El Tiempo, disponible aquí