La invitación es para que el nuevo gobierno y los empresarios reforcemos los esfuerzos por optimizar las relaciones con EE.UU. Columna María Claudia Lacouture, directora AmCham en Portafolio
Solo California es la sexta economía del mundo, por encima de Francia. El PIB de Nueva York quintuplica al de Colombia, y el de Florida es el doble de toda Centroamérica. Cada uno de los 50 estados norteamericanos es un gran mercado y un buen comprador. Y si le sumamos que Estados Unidos es nuestro principal socio, aliado y cooperante, mayor fuente de inversión y de emisión de turistas, entonces estamos frente al socio que necesitamos y con el cual podemos desarrollar más oportunidades comerciales. Su potencial no tiene límites.
El próximo Gobierno de Colombia tiene por delante un enorme espectro de retos y oportunidades. Como directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana (Amcham Colombia, que agrupa a más de 1.000 afiliados), he podido recibir comentarios de empresarios de los dos países que reflejan un gran interés de trabajar mancomunadamente para dinamizar el intercambio y contribuir al fortalecimiento de las relaciones.
LOS RETOS
Primero lo primero: es indispensable un compromiso visible y verificable en la lucha contra el narcotráfico. Sin esa condición habrá pocas posibilidades de avanzar en otros asuntos. Este tema determinará la agenda del próximo presidente de Colombia. Reducir los cultivos ilícitos será tan importante como lograr su sustitución, una expansión agrícola organizada y tecnificada, además de actividades formales que realmente incentiven una economía viable y contrarresten la delincuencia. Existe desconfianza en que los espacios que deja la guerrilla queden sin control, a merced de los traficantes.
Segundo, resolver los irritables. Para ampliar los mercados y multiplicar las posibilidades de acceso para los productos colombianos es conveniente ponerse al día con los pendientes de la agenda comercial (propiedad intelectual, competencia desleal, reforma laboral, formalidad, derechos humanos, chatarrización, protección de datos, entre otros). Las autoridades estadounidenses insisten en que la política de “América primero”, con la que se proponen crecer su economía y fortalecer a sus empresas, no significa “América sola”. Respecto a sus medidas de protección es claro que tienen alcance global y, aunque pueden tener efectos colaterales, no interferirán en la relación entre los dos países.
Tampoco hay interés manifiesto en revisar los acuerdos comerciales, pues para ese efecto existen las comisiones de verificación para actualizar, corregir, mejorar y trabajar en su evolución y conveniencia bilateral. Las negociaciones para un acuerdo que evite la doble tributación tuvo un avance importante en los últimos años. No se puede aplazar. Es vital para la seguridad jurídica de los inversionistas extranjeros y para la generación de empleo.
LAS OPORTUNIDADES
El posacuerdo se presenta como una extraordinaria coyuntura para trabajar en temas alternos de interés: innovación, transferencia de tecnología y emprendimiento. Estados Unidos es líder en estos asuntos y tiene interés en apoyarlos.
El sector agrícola sigue siendo el de mayor potencial para Colombia. Se han identificado oportunidades en frutas y hortalizas procesadas; cafés especiales, cacao y derivados; flores; frutas, legumbres y hortalizas; molinería y panadería; pasabocas o snacks, así como en el sector acuícola y pesquero. Son 97 productos con acceso, pero se necesita que los empresarios cumplan con las normas y regulaciones para venderlos.
Se concretaron recientemente importantes acuerdos en el sector agropecuario para el desarrollo rural y las inversiones en el campo, como cacao y café, entre muchos otros, además de la apertura del mercado estadounidense para el aguacate Hass. Las posibilidades en turismo son promisorias. Estados Unidos es nuestro principal emisor, con un crecimiento promedio de 10 por ciento en los últimos cinco años. Y tiene todo para crecer. Para esto tenemos que desarrollar un concepto de turismo sostenible, lograr políticas efectivas para la formalización, definir una normativa clara y rigorosa para el desarrollo de proyectos en todo el país y en particular en los destinos más vulnerables.
Quedaron definidos unos corredores turísticos que integran a las regiones y articulan la oferta. Colombia es un destino apetecible para los norteamericanos porque tienen lo que más les gusta: diversidad. Estados Unidos tiene el mayor número de aficionados al avistamiento de aves y nosotros tenemos el mayor número de endémicas en el mundo. La inversión ha sido factor esencial de desarrollo. Desde la entrada en vigencia del TLC, Estados Unidos invierte, en promedio, 16 por ciento del total que llega a Colombia. Más de 500 empresas estadounidenses están establecidas aquí y generan empleo, transferencia de conocimiento y tecnología. Dado que el interés se mantiene, urge homologar normas en sectores como infraestructura para lograr mayor inversión.
LA COOPERACIÓN
En la actualidad, el abanico de cooperación es amplio y diverso, desde educación, cultura y deporte, energía, buen gobierno o justicia hasta derechos humanos, ciencia y tecnología, bilingüismo, biodiversidad, deforestación, bosques y conservación marina. También en áreas como macroeconomía, comercio, telecomunicaciones, finanzas, propiedad intelectual, asuntos laborales, aviación civil y transporte, o asuntos más puntuales, prioritarios y estratégicos como la cooperación en desarrollo rural para el posconflicto, programas antiminas, sustitución de cultivos, restitución de tierras, asesoría en seguridad y capacitación.
Las gobernaciones, alcaldías, gremios y empresarios tienen amplio margen para reforzar el trabajo con la agencia de cooperación de Estados Unidos (Usaid) en la implementación de los beneficios e incentivos que acertadamente decretó el Gobierno colombiano para el desarrollo de las regiones que sufrieron con mayor rigor el conflicto armado (Zomac, obras por impuestos, PDETS).
A cuatro meses de que un nuevo presidente comience a mover los hilos del poder desde la Casa de Nariño, la invitación es para que el nuevo Gobierno, las regiones, los gremios y los empresarios reforcemos los esfuerzos por optimizar esas relaciones y para que saquemos el mejor provecho de la coyuntura internacional y del interés geoestratégico de esa gran potencia, nuestro mayor socio y aliado histórico.
El Socio que necesitamos
La invitación es para que el nuevo gobierno y los empresarios reforcemos los esfuerzos por optimizar las relaciones con EE.UU. Columna María Claudia Lacouture, directora AmCham en Portafolio
Solo California es la sexta economía del mundo, por encima de Francia. El PIB de Nueva York quintuplica al de Colombia, y el de Florida es el doble de toda Centroamérica. Cada uno de los 50 estados norteamericanos es un gran mercado y un buen comprador. Y si le sumamos que Estados Unidos es nuestro principal socio, aliado y cooperante, mayor fuente de inversión y de emisión de turistas, entonces estamos frente al socio que necesitamos y con el cual podemos desarrollar más oportunidades comerciales. Su potencial no tiene límites.
El próximo Gobierno de Colombia tiene por delante un enorme espectro de retos y oportunidades. Como directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana (Amcham Colombia, que agrupa a más de 1.000 afiliados), he podido recibir comentarios de empresarios de los dos países que reflejan un gran interés de trabajar mancomunadamente para dinamizar el intercambio y contribuir al fortalecimiento de las relaciones.
LOS RETOS
Primero lo primero: es indispensable un compromiso visible y verificable en la lucha contra el narcotráfico. Sin esa condición habrá pocas posibilidades de avanzar en otros asuntos. Este tema determinará la agenda del próximo presidente de Colombia. Reducir los cultivos ilícitos será tan importante como lograr su sustitución, una expansión agrícola organizada y tecnificada, además de actividades formales que realmente incentiven una economía viable y contrarresten la delincuencia. Existe desconfianza en que los espacios que deja la guerrilla queden sin control, a merced de los traficantes.
Segundo, resolver los irritables. Para ampliar los mercados y multiplicar las posibilidades de acceso para los productos colombianos es conveniente ponerse al día con los pendientes de la agenda comercial (propiedad intelectual, competencia desleal, reforma laboral, formalidad, derechos humanos, chatarrización, protección de datos, entre otros). Las autoridades estadounidenses insisten en que la política de “América primero”, con la que se proponen crecer su economía y fortalecer a sus empresas, no significa “América sola”. Respecto a sus medidas de protección es claro que tienen alcance global y, aunque pueden tener efectos colaterales, no interferirán en la relación entre los dos países.
Tampoco hay interés manifiesto en revisar los acuerdos comerciales, pues para ese efecto existen las comisiones de verificación para actualizar, corregir, mejorar y trabajar en su evolución y conveniencia bilateral. Las negociaciones para un acuerdo que evite la doble tributación tuvo un avance importante en los últimos años. No se puede aplazar. Es vital para la seguridad jurídica de los inversionistas extranjeros y para la generación de empleo.
LAS OPORTUNIDADES
El posacuerdo se presenta como una extraordinaria coyuntura para trabajar en temas alternos de interés: innovación, transferencia de tecnología y emprendimiento. Estados Unidos es líder en estos asuntos y tiene interés en apoyarlos.
El sector agrícola sigue siendo el de mayor potencial para Colombia. Se han identificado oportunidades en frutas y hortalizas procesadas; cafés especiales, cacao y derivados; flores; frutas, legumbres y hortalizas; molinería y panadería; pasabocas o snacks, así como en el sector acuícola y pesquero. Son 97 productos con acceso, pero se necesita que los empresarios cumplan con las normas y regulaciones para venderlos.
Se concretaron recientemente importantes acuerdos en el sector agropecuario para el desarrollo rural y las inversiones en el campo, como cacao y café, entre muchos otros, además de la apertura del mercado estadounidense para el aguacate Hass. Las posibilidades en turismo son promisorias. Estados Unidos es nuestro principal emisor, con un crecimiento promedio de 10 por ciento en los últimos cinco años. Y tiene todo para crecer. Para esto tenemos que desarrollar un concepto de turismo sostenible, lograr políticas efectivas para la formalización, definir una normativa clara y rigorosa para el desarrollo de proyectos en todo el país y en particular en los destinos más vulnerables.
Quedaron definidos unos corredores turísticos que integran a las regiones y articulan la oferta. Colombia es un destino apetecible para los norteamericanos porque tienen lo que más les gusta: diversidad. Estados Unidos tiene el mayor número de aficionados al avistamiento de aves y nosotros tenemos el mayor número de endémicas en el mundo. La inversión ha sido factor esencial de desarrollo. Desde la entrada en vigencia del TLC, Estados Unidos invierte, en promedio, 16 por ciento del total que llega a Colombia. Más de 500 empresas estadounidenses están establecidas aquí y generan empleo, transferencia de conocimiento y tecnología. Dado que el interés se mantiene, urge homologar normas en sectores como infraestructura para lograr mayor inversión.
LA COOPERACIÓN
En la actualidad, el abanico de cooperación es amplio y diverso, desde educación, cultura y deporte, energía, buen gobierno o justicia hasta derechos humanos, ciencia y tecnología, bilingüismo, biodiversidad, deforestación, bosques y conservación marina. También en áreas como macroeconomía, comercio, telecomunicaciones, finanzas, propiedad intelectual, asuntos laborales, aviación civil y transporte, o asuntos más puntuales, prioritarios y estratégicos como la cooperación en desarrollo rural para el posconflicto, programas antiminas, sustitución de cultivos, restitución de tierras, asesoría en seguridad y capacitación.
Las gobernaciones, alcaldías, gremios y empresarios tienen amplio margen para reforzar el trabajo con la agencia de cooperación de Estados Unidos (Usaid) en la implementación de los beneficios e incentivos que acertadamente decretó el Gobierno colombiano para el desarrollo de las regiones que sufrieron con mayor rigor el conflicto armado (Zomac, obras por impuestos, PDETS).
A cuatro meses de que un nuevo presidente comience a mover los hilos del poder desde la Casa de Nariño, la invitación es para que el nuevo Gobierno, las regiones, los gremios y los empresarios reforcemos los esfuerzos por optimizar esas relaciones y para que saquemos el mejor provecho de la coyuntura internacional y del interés geoestratégico de esa gran potencia, nuestro mayor socio y aliado histórico.
Publicado en Portafolio, disponible aquí
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