editorial junio julio

Anticiparnos a los efectos de una guerra comercial

26 de noviembre de 2018

Para proteger nuestra economía de cualquier impacto en este sentido, tanto Gobierno como empresarios y gremios, debemos trabajar de la mano con América Latina para estar mejor parados ante diferentes coyunturas

 

Cada día llega una novedad que complica el panorama del futuro comercial del mundo, sin que se pueda prever hasta dónde llegará la espiral de represalias, sus consecuencias de corto plazo y las repercusiones que en el tiempo tendrán en las economías de cada uno de los países. Y no es solo EE.UU. vs China. Es también EE.UU. vs Canadá, México y Unión Europea.Las relaciones entre las naciones industrializadas están cambiando, sin duda, y un nuevo orden mundial se estaría gestando.

 

Los titulares económicos internacionales envían alertas diarias sobre las movidas de un lado y otro en relación con la guerra comercial que se desató entre Estados Unidos y China, generada por un alza de aranceles como mecanismo de presión estadounidense para que desde el país asiático se pongan en marcha políticas comerciales justas y respeto a la propiedad intelectual, según la argumentación que desde Washington se ha esgrimido.

 

Lo cierto es que el enfrentamiento arancelario de los dos gigantes tiene en vilo la economía internacional, atenta contra años de libre comercio y pone a prueba la competitividad de las naciones (y su vulnerabilidad) ante la avalancha de productos que saldrán a buscar mercados por cuenta de las restricciones comerciales que se imponen de parte y parte.

 

Este escalamiento sólo deja perdedores en todos los niveles y aunque suene lejano, tiene impacto en América Latina como quiera que Estados Unidos es para muchos países de la región su principal socio comercial. ¿Qué va a pasar? La respuesta es incierta. Las aguas aún están muy agitadas y los anuncios de aranceles y las represalias en respuesta no permiten hacer un cálculo razonable.

 

Colombia debe prepararse para afrontar estos desafíos. Por un lado, con una industria fuerte que esté en condiciones de competir, tanto como para los que vengan de China – adicionales a los que vemos todos los días en cada esquina y pueblo de Colombia- como para los que provienen de la estampida de otros mercados que se estrellaron contra el muro proteccionista estadounidense.

 

Para proteger nuestra economía de cualquier impacto en este sentido, tanto Gobierno como empresarios y gremios, debemos trabajar de la mano con América Latina para estar mejor parados ante coyunturas como ésta y profundizar las oportunidades en aquellos países donde tenemos acuerdos comerciales.

 

Estar vigilantes y anticiparnos, mantener un buen diálogo político, acercamientos permanentes, no solo de Gobierno a Gobierno si no empresarios a empresarios, y empresarios a Gobierno y evitar los daños colaterales, también son parte de los retos.

 

Así mismo, nos corresponde estar muy vigilantes de las oportunidades que se produzcan en Estados Unidos, nuestro mercado natural en este continente, mayor socio comercial y aliado político.

 

Publicado en nuestra revista Business Mail, disponible aquí