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Larga despedida del covid-19

19 de julio de 2021

Se permite suponer que la humanidad transformará el sentido de la vida, sus percepciones políticas, con lazos familiares más sólidos, personas más proclives a la religión y más pasatiempos solitarios, como la lectura.

Por: Maria Claudia Lacouture, Directora Ejecutiva de AmCham Colombia

Bogotá, julio 19 de julio (AmCham Colombia).–El adiós al covid-19 será largo y doloroso, dependiendo del proceso de vacunación y la reactivación. Esa es la principal conclusión de un estudio publicado por The Economist, que también prevé profundas transformaciones en la sociedad y en los países por cuenta de la pandemia. Resalta que los cambios que venían dándose antes de que llegara el coronavirus, como la revolución digital, el cambio climático y el ascenso de China continuarán siendo asuntos fundamentales en el nuevo orden mundial.

Por su parte, Nicholas Christakis, de la Universidad de Yale, identifica tres cambios sustanciales: un crecimiento del poder estatal debido a la amenaza sanitaria colectiva, la búsqueda de sentido ante el vuelco de la vida cotidiana y una angustia frente a la muerte que estimula la audacia. Ello permite suponer que la humanidad transformará el sentido de la vida, sus percepciones políticas, con lazos familiares más sólidos, personas más proclives a la religión y más pasatiempos solitarios, como la lectura.

Y se puede deslumbrar, según la interpretación de Yale, que ese crecimiento del poder de los Estados, afianzado durante la pandemia debido a que los gobiernos han sido el principal canal de información, los que establecen las reglas, fuentes de efectivo y proveedores de vacunas. Trasladado al caso colombiano obliga a pensar sobre la importancia de elegir bien a nuestros gobernantes, porque se necesitará un eficiente y responsable manejo económico y financiero, políticas sustentadas en el desarrollo sostenible, con equidad, y una mejor distribución de la riqueza para que todos los colombianos tengan plata en el bolsillo.

The Economist incluye en su investigación un índice de normalidad que toma como referencia a 50 países que albergan a 76% de la población y 90% del PIB mundial, tomando el promedio prepandémico como 100 y evaluando tres tipos de actividad: los viajes (carreteras, vuelos y transporte público), tiempo libre (horas pasadas fuera de casa, los ingresos del cine y la asistencia a eventos deportivos) y la actividad comercial (visitas a comercios y oficinas). Hoy la normalidad se sitúa en promedio en un 66%, casi el doble del nivel de abril de 2020.

A Colombia la ubican dentro de una normalidad débil, con alto índice de casos de covid y fallecimientos, que pueden agravarse por la fatiga presupuestaria en el sector salud, llevando a que los prestadores de servicios como las EPS, que han venido apoyando de forma solidaria y eficiente el proceso de vacunación, tengan dificultades por la falta de pago y teman incumplir las metas asumidas porque se agota su capacidad financiera.

A un escenario de lenta vacunación, anota The Economist, hay que sumar la inminencia de nuevas variantes, lo que hará más demorado el regreso a la completa normalidad. Las fronteras se mantendrán restringidas y el virus deberá sobrevivir en sus distintas formas y, dependiendo del lugar, podrá ser como una gripe común, más recia sí, pero manejable.

Si bien hay visos de normalidad, nunca será igual a la que se tenía antes del covid-19 y hay que adaptarse. Será un largo el camino, por lo que la manera de evitar un dolor mayor será con una vacunación rápida, masiva y efectiva, reforzando los protocolos preventivos, manteniendo una reactivación sostenida y garantizando el buen manejo de los recursos del Estado.

Publicado en La República, disponible aquí