Microempresario, base del crecimiento

21 de noviembre de 2017

La falta de actividad gremial en torno a la microempresa no es obstáculo para que miles de ellas generen empleo y bienestar a miles de colombianos.

El aporte de la microempresa al desarrollo del país es la base con la que está creciendo la economía. No en vano genera alrededor del 67% del empleo y aporta 28% del Producto Interno Bruto (PIB).

Para que este sector crezca más, se requiere acelerar su inclusión financiera. Debido a que en muchas de las zonas rurales de Colombia no existen bancos ni entidades de financiación, lo cual hace casi imposible el acceso a créditos para apalancar una idea empresarial, la firma Interactuar en alianza con Usaid de Naciones Unidas, está apoyando el emprendimiento urbano y rural.

El director ejecutivo de la empresa, Fabio Andrés Montoya, señala que “para Interactuar el emprendimiento es una alternativa económica y de vida que debe estar al alcance de cualquier persona, sin distinción de origen ni condición social o económica”.

La inclusión

Es por ello que uno de sus principales objetivos es impulsar la inclusión financiera principalmente del sector rural.

Precisamente de allí se derivó el proyecto de Finanzas Rurales – IFR, de Usaid, que busca contribuir a la inclusión financiera de los empresarios rurales para promover el desarrollo económico y social de las víctimas del conflicto y ayudar a las personas que retornan a sus tierras a echar raíces nuevamente.

Por su experiencia en el impulso a los empresarios de la base social en zonas urbanas y el campo, Interactuar fue elegido por USAID como aliado para desarrollar este proyecto y llevar oportunidades de crédito y acompañamiento a 58 municipios del país, que respiran nuevos aires de esperanza.

Proyectos productivos

Este, que es un proyecto de gran alcance por la extensión geográfica y por tratarse de zonas tan alejadas, se ha desarrollado en dos fases de implementación. En la primera, que se ejecutó entre junio de 2016 y junio de 2017, Interactuar abrió dos oficinas en los municipios de Tarazá, Antioquia, y Tierralta, Córdoba, e implementó estrategias creativas para llevar opciones de microcrédito incluso a las zonas más apartadas. Entre ellas se destacan las alianzas con organizaciones locales y los recorridos que realizan los asesores para llevar la información y los servicios a las diferentes veredas.

Sostiene el directivo que “Colombia está apuntando al crecimiento, porque está llegando con Usaid, en Tarazá, en Tierralta, están abriendo en Urrao y ya van para Dadeiba, sitios donde el conflicto ha golpeado duro. Pero allí se llega con cooperación a prestar servicios financieros en zonas calientes, pero también con programas de acompañamiento a los pequeños agroproductores”.

Fuente: El Nuevo Siglo