EEUU sancionará a todo país que compre petróleo a Irán
23 de abril de 2019
Estados Unidos anunció que empezará a imponer sanciones a todo país, incluyendo aliados como India, que compre crudo a Irán, un nuevo paso en su lucha contra Teherán que podría tensar sus relaciones internacionales.
Uno de los países afectados, Turquía, prometió desobedecer la orden de Washington, que provocó un estallido de los precios globales, aunque el presidente Donald Trump dijo que Arabia Saudita y otros aliados de Washington “más que compensarán” la caída de la oferta petrolera.
Con estas medidas, que específicamente ponen fin a las exenciones que permitían a ocho países seguir comprando crudo a Irán, Trump busca “llevar a cero las exportaciones” de petróleo iraní y “privar al régimen de su principal fuente de ingresos”, anunció la Casa Blanca.
Las amenazas de sanciones abren un nuevo frente de fricciones en las relaciones ya tensas de Washington con Pekín y Ankara.
“No aceptamos sanciones unilaterales e imposiciones sobre cómo estableceremos relaciones con nuestros vecinos”, aseguró en respuesta a la amenaza estadounidense el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, quien añadió que la medida no ayudará a la “paz y la estabilidad regional”.
La medida es especialmente delicada para India, aliada estratégica de Washington y tercer importador mundial de crudo, que ya enfrenta presiones de Estados Unidos para dejar de comprar petróleo a Venezuela, en la lucha de Trump para derrocar al mandatario Nicolás Maduro.
El gobierno indio dijo estar “estudiando las consecuencias de la decisión”.
“Si no respetan esto, habrá sanciones”, advirtió el secretario de Estado, Mike Pompeo. “Tenemos la intención de aplicar las sanciones”, insistió.
Los otros cinco países sancionados -Japón, Corea del Sur, Taiwán, Italia y Grecia- ya han reducido drásticamente sus compras de crudo iraní.
La cancillería de Corea del Sur aseguró en un comunicado que está en consultas con Estados Unidos y que hará “lo posible” para “renovar la exención” hasta la semana próxima, cuando expira el plazo dado.
Aumento de la presión
Esta decisión del gobierno de Trump es su último paso en el aumento de la presión que desde el año pasado ejerce contra Teherán, cuando abandonó unilateralmente el acuerdo nuclear firmado en 2015 entre potencias occidentales y la República Islámica.
Su retiro conllevó el restablecimiento de sanciones de Washington contra Irán, decisión apoyada por Arabia Saudita e Israel. A la medida le han acompañado amenazas a los países que sigan comercializando con Irán.
La prohibición de comprar petróleo iraní era la principal medida de esas sanciones, aunque Washington otorgó exenciones por seis meses a ocho gobiernos, al considerar que el mercado mundial no podía aguantar una brusca eliminación de las ventas de crudo iraní.
El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní aseguró que las sanciones eran “ilegales” desde el principio.
La decisión ocurre dos semanas después de que Washington incluyera a los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de la república islámica, en su lista negra de organizaciones “terroristas”.
La campaña de Estados Unidos contra Irán busca poner fin a las “actividades desestabilizadoras” de Teherán en Medio Oriente, principalmente en Líbano a través del movimiento chiita Hezbolá, en Yemen a través de los rebeldes hutíes y en Siria por su apoyo al régimen de Bashar al Asad.
Arabia Saudita va a “estabilizar” el mercado
“Estados Unidos, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, tres de los productores energéticos más grandes del mundo, con nuestros amigos y aliados, se comprometen a garantizar que los mercados mundiales de petróleo sigan adecuadamente suministrados”, anunció la Casa Blanca.
Irán obtuvo 52.700 millones de dólares por exportaciones petroleras en 2017, antes de que Washington retomara las sanciones, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Expertos predicen que muy difícilmente las exportaciones iraníes llegarán completamente a cero, pues siempre existirá un mercado negro.
Los precios saltaron desde que el anuncio de la decisión estadounidense empezó a circular por los medios. El WTI para entrega en mayo, referencia en Estados Unidos, cerró con una subida del 2,7% y se situó en los 65,70 dólares, mientras que el barril de Brent, referencia en Europa, cerró con un aumento del 2,9%, hasta los 74,04 dólares.
En respaldo a los comentarios de Trump, el ministro saudita de Energía, Jaled al Falih, dijo que Riad va a “estabilizar” el mercado.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, fiel aliado de Trump en su lucha contra Teherán, se congratuló por la decisión de Washington, que consideró de “importancia capital para reforzar la presión sobre el régimen terrorista iraní”.
“La administración Trump y nuestros aliados están determinados a sostener y ampliar la campaña de máxima presión económica contra Irán para poner fin a la actividad desestabilizadora del régimen que amenaza a Estados Unidos y a nuestros socios y aliados, así como a la seguridad en el Medio Oriente”, indicó.
EEUU sancionará a todo país que compre petróleo a Irán
Estados Unidos anunció que empezará a imponer sanciones a todo país, incluyendo aliados como India, que compre crudo a Irán, un nuevo paso en su lucha contra Teherán que podría tensar sus relaciones internacionales.
Uno de los países afectados, Turquía, prometió desobedecer la orden de Washington, que provocó un estallido de los precios globales, aunque el presidente Donald Trump dijo que Arabia Saudita y otros aliados de Washington “más que compensarán” la caída de la oferta petrolera.
Con estas medidas, que específicamente ponen fin a las exenciones que permitían a ocho países seguir comprando crudo a Irán, Trump busca “llevar a cero las exportaciones” de petróleo iraní y “privar al régimen de su principal fuente de ingresos”, anunció la Casa Blanca.
Las amenazas de sanciones abren un nuevo frente de fricciones en las relaciones ya tensas de Washington con Pekín y Ankara.
“No aceptamos sanciones unilaterales e imposiciones sobre cómo estableceremos relaciones con nuestros vecinos”, aseguró en respuesta a la amenaza estadounidense el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, quien añadió que la medida no ayudará a la “paz y la estabilidad regional”.
La medida es especialmente delicada para India, aliada estratégica de Washington y tercer importador mundial de crudo, que ya enfrenta presiones de Estados Unidos para dejar de comprar petróleo a Venezuela, en la lucha de Trump para derrocar al mandatario Nicolás Maduro.
El gobierno indio dijo estar “estudiando las consecuencias de la decisión”.
“Si no respetan esto, habrá sanciones”, advirtió el secretario de Estado, Mike Pompeo. “Tenemos la intención de aplicar las sanciones”, insistió.
Los otros cinco países sancionados -Japón, Corea del Sur, Taiwán, Italia y Grecia- ya han reducido drásticamente sus compras de crudo iraní.
La cancillería de Corea del Sur aseguró en un comunicado que está en consultas con Estados Unidos y que hará “lo posible” para “renovar la exención” hasta la semana próxima, cuando expira el plazo dado.
Aumento de la presión
Esta decisión del gobierno de Trump es su último paso en el aumento de la presión que desde el año pasado ejerce contra Teherán, cuando abandonó unilateralmente el acuerdo nuclear firmado en 2015 entre potencias occidentales y la República Islámica.
Su retiro conllevó el restablecimiento de sanciones de Washington contra Irán, decisión apoyada por Arabia Saudita e Israel. A la medida le han acompañado amenazas a los países que sigan comercializando con Irán.
La prohibición de comprar petróleo iraní era la principal medida de esas sanciones, aunque Washington otorgó exenciones por seis meses a ocho gobiernos, al considerar que el mercado mundial no podía aguantar una brusca eliminación de las ventas de crudo iraní.
El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní aseguró que las sanciones eran “ilegales” desde el principio.
La decisión ocurre dos semanas después de que Washington incluyera a los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de la república islámica, en su lista negra de organizaciones “terroristas”.
La campaña de Estados Unidos contra Irán busca poner fin a las “actividades desestabilizadoras” de Teherán en Medio Oriente, principalmente en Líbano a través del movimiento chiita Hezbolá, en Yemen a través de los rebeldes hutíes y en Siria por su apoyo al régimen de Bashar al Asad.
Arabia Saudita va a “estabilizar” el mercado
“Estados Unidos, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, tres de los productores energéticos más grandes del mundo, con nuestros amigos y aliados, se comprometen a garantizar que los mercados mundiales de petróleo sigan adecuadamente suministrados”, anunció la Casa Blanca.
Irán obtuvo 52.700 millones de dólares por exportaciones petroleras en 2017, antes de que Washington retomara las sanciones, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Expertos predicen que muy difícilmente las exportaciones iraníes llegarán completamente a cero, pues siempre existirá un mercado negro.
Los precios saltaron desde que el anuncio de la decisión estadounidense empezó a circular por los medios. El WTI para entrega en mayo, referencia en Estados Unidos, cerró con una subida del 2,7% y se situó en los 65,70 dólares, mientras que el barril de Brent, referencia en Europa, cerró con un aumento del 2,9%, hasta los 74,04 dólares.
En respaldo a los comentarios de Trump, el ministro saudita de Energía, Jaled al Falih, dijo que Riad va a “estabilizar” el mercado.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, fiel aliado de Trump en su lucha contra Teherán, se congratuló por la decisión de Washington, que consideró de “importancia capital para reforzar la presión sobre el régimen terrorista iraní”.
“La administración Trump y nuestros aliados están determinados a sostener y ampliar la campaña de máxima presión económica contra Irán para poner fin a la actividad desestabilizadora del régimen que amenaza a Estados Unidos y a nuestros socios y aliados, así como a la seguridad en el Medio Oriente”, indicó.
Publicado en El Espectador, disponible aquí
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