Edición 170 - Recursos Humanos 2021          


Colombia: al filo de la oportunidad

Foto López & James

Por López & James con el apoyo de la ONG Adelante Colombia


En el año 1994, bajo la directriz del gobierno de la época, una serie de expertos en educación e intelectuales diseñaron una hoja de ruta en educación, ciencia, tecnología e innovación para enfrentar los retos de la Colombia del siglo XXI. Hoy, más de 27 años después, casi ninguna de las propuestas se ha implementado a cabalidad, seguimos implementando políticas para un país que parece no querer mirar al futuro.

El conocimiento tiene un papel fundamental para el desarrollo de los individuos y de las sociedades, bajo esta premisa, la educación terciaria (técnica, tecnológica o universitaria) debe tener un alcance universal y cumplir con estándares de calidad en la investigación, innovación, ciencia, desarrollo tecnológico y pertinencia. Es necesario preguntarle al sector productivo del país ¿Qué profesionales está demandando? ¿Qué competencias deben tener los jóvenes?

La educación en Colombia requiere de una transformación estructural, los nuevos desafíos que plantea un mundo globalizado requieren de políticas públicas que se orienten al desarrollo de una educación más compleja, bilingüe, conectada con el sector productivo del país y formación de jóvenes que se logren adaptar rápida y constantemente a los recurrentes cambios y transformaciones que nos demanda el mundo actual.

Profundos debates se han generado al momento de hacer transformaciones en la educación en Colombia, generalmente encaminados a la conjugación del triángulo de hierro: calidad, cobertura y financiación. Sin embargo, estos problemas pueden ser solucionados de maneras diferentes, puesto que hoy el ‘ecosistema digital’ y la globalización nos ofrecen nuevas perspectivas del sistema de educación colombiano.

La era digital trae consigo desafíos pero también herramientas para lograr grandes transformaciones, por ejemplo, la implementación de sistemas de educación de excelente calidad a través de las tecnologías de la información y las comunicaciones, educación que en efecto está revolucionando las formas de enseñanza y de aprendizaje. La formación auto dirigida se pondrá a la orden del día y la disminución de costos académicos permitirá una masividad en la oferta educativa y con ello una transformación social, económica y productiva.

No solamente se debe hablar de acceso y calidad, sino que la pertinencia debe jugar un rol central. El siglo XXI y la era digital no impone solamente un reto para los profesionales, sino también para las empresas, la industria y la economía del país. La política educativa y la política económica e industrial deben ir de la mano ¿están las universidades formando a los profesionales que requiere Colombia en los próximos 50 años? Si queremos construir un país mejor, debemos adaptarnos al cambio, aún en este momento tampoco tenemos claro cómo se van a adaptar las empresas para los cambios que impone la era digital, ni tampoco en qué momento ni bajo qué condiciones se van a formar los jóvenes que requerirán las empresas en la nueva realidad que nos impone el mundo.

Hace más de dos décadas tuvimos la oportunidad de generar un cambio de rumbo y tener una ventaja comparativa como país en la sociedad del conocimiento, la dejamos guardada en un cajón. Hoy, el tren ya está andando y necesitamos construir una ventana de oportunidad para nuestros jóvenes y nuestras empresas. Sumemos esfuerzos entre el sector público, sector privado y sociedad civil para construir un mejor país, Colombia, de nuevo estamos al filo de la oportunidad.

Las necesidades de una nación con potencial de crecimiento están en constante cambio. En el ámbito educacional, empresarial y económico, Colombia tiene retos a solucionar con miras de aprovechar las oportunidades suscitadas por los cambios digitales y sociales. López & James ofrece una mirada analítica al respecto.

Octubre 2021