Edición 175 - TLC Colombia - Estados Unidos 2022          


El potencial es inminente, ¡trabajemos en los retos!

Por Sáenz Fety


Colombia cuenta con inmensas oportunidades para impulsar el sector agropecuario, pues dispone de los recursos para ello. El país posee una frontera agrícola de más de 40 millones de hectáreas, siendo catalogado como el sexto país con mayor riqueza hídrica a nivel mundial, su población en el campo corresponde cerca del 30% de la población nacional. Lo anterior motivó a la FAO a nombrar a Colombia como uno de los 7 países con mayor capacidad de ayudar a la seguridad alimentaria mundial. 

Hoy en día, el Estado tiene una deuda histórica con la ruralidad, atribuida a la debilidad de las políticas públicas y de su presencia en estas regiones. Frente a esta realidad, es innegable que el futuro del país y del agro van de la mano, para lo cual es necesario repensar el modelo de desarrollo y adoptar una política agroindustrial, empresarial e incluyente, que se traduzca en políticas estables que propicien la formalidad y la generación de valor compartido. Esto traerá desarrollo, progreso y competitividad en el campo lo cual nos llevará a una anhelada paz donde toda la población nacional se beneficiará.

Durante la Cumbre Bicentenario Colombia – Estados Unidos se volvió a discutir el conocido potencial exportador del agro colombiano. Sin embargo, debemos trabajar es en los retos que toca sobrepasar para que ese potencial sea una realidad.

El primer reto es tener una mentalidad empresarial donde el sector se vea de manera empresarial. Donde veamos que piden los mercados internacionales en cuanto a calidad, inocuidad y trazabilidad y ahí si montemos proyectos productivos intensivos en capital humano y donde se cumplan los requisitos de exportación.

Producir cumpliendo los requisitos de exportación requiere de transferencia y adopción de nuevas tecnologías lo cual es el segundo reto. Debemos tener las herramientas necesarias como semillas, sustratos, invernaderos, sistemas de riego, controladores biológicos. Herramientas que en su gran mayoría no son producidas en Colombia sino en el exterior. México, Perú, Chile han entendido eso y están alivianando los trámites y partidas arancelarias de las importaciones de estas herramientas para que estén al acceso de los productores. En paralelo al acceso de esas herramientas hay que trabajar sobre todo con la capacitación para usarlas. La labor acá no es un ente solo, al contrario, debemos trabajar en conjunto entre instituciones del estado, academia y sector privado, todas trabajando en conjunto por un mismo objetivo y donde la tecnología venza cualquier ideología.

Otros retos evidentes son en temas de infraestructura tales como tener vías terciarias adecuadas para sacar los productos de los lugares de producción. Así como tener internet en todos los rincones del territorio ya que la agricultura de precisión lo requiere.

Finalmente, debemos tener un sistema laboral flexible y un sistema financiero que financie los proyectos productivos per se, que ya tienen asegurada la compra, más no los sujetos que piden los créditos. De lo contrario, pasarán otros 200 años y seguiremos hablando del gran potencial del agro, pero no lo aprovecharemos.

El sector agroindustrial será protagonista en la próxima década y en las relaciones con Estados Unidos, para lograr aprovechar todo el potencial que tiene se requiere de un trabajo consciente entre todos los entes de la economía, Gobierno, empresarios, academia, productores y sociedad. Sáenz Fety analiza el panorama.

Mayo 2022