editorial          


La reforma tributaria debe mirar las condiciones para la inversión

Foto AmCham Colombia

María Claudia Lacouture P.

Directora ejecutiva, Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia)

directora@amchamcolombia.com.co @mclacouture


En esta oportunidad quiero compartirles las palabras pronunciadas en la Presidencia de la República con motivo de la Asamblea 66 de AmCham Colombia y la apertura de la Cumbre de Liderazgo Empresarial y Transformación Digital con apoyo de Google Colombia

Quiero darles una muy calurosa bienvenida a la Asamblea anual ordinaria número 66 de la Cámara de Comercio Colombo Americana. Agradezco la presencia de todos ustedes hoy, y muy particularmente la del señor presidente de la República, Iván Duque, por estar con nosotros nuevamente en nuestra asamblea y cumbre anual.

En estos días previos a esta reunión, mientras pensaba en las palabras de apertura del evento, vino a mi mente la famosa reflexión que hiciera el presidente Eisenhower en 1954 sobre los problemas que enfrentamos a diario, y su naturaleza: algunos problemas, decía Eisenhower, son urgentes; otros, son importantes. Con la particularidad de que los problemas urgentes no son importantes, y los problemas importantes nunca son urgentes.

Me parece que todos estaríamos de acuerdo en que la pandemia desencadenada por el covid-19 es uno de esos raros acontecimientos que tienen la doble naturaleza de urgentes e importantes. Y, como corresponde, en buena hora la agenda política y económica del mundo entero se volcó, con inusitada intensidad, a enfrentar y resolver esta terrible amenaza para toda la humanidad, relegando a un segundo plano, por razones obvias, muchísimos temas de la mayor importancia.

La reacción frente a la pandemia es digna de resaltar. Visto en perspectiva, no parece haber duda de que en esta oportunidad el hombre, como especie, ha dado muestras de resiliencia, coordinación y solidaridad que superan lo que muchos pensaban posible. 

Tal vez podría decirse, sin temor a equivocarnos, que se trata de un enorme éxito de la humanidad que demuestra nuestra capacidad para afrontar retos enormes y lograr resultados extraordinarios cuando trabajamos guiados por los principios más altos y nobles.

Si nuestro optimismo tiene asidero en la realidad, y podemos deducir que los efectos más negativos de la pandemia irán quedando atrás en algunos meses, tal vez deberíamos recurrir al que podríamos llamar “método Eisenhower”, para comenzar a reenfocar nuestras agendas e ir volviendo a temas que son inmensamente importantes, pero que evidentemente no son tan urgentes como la pandemia. Con la esperanza de que ojalá podamos resolver estos otros asuntos con la misma determinación y solidaridad que empeñamos para enfrentar la pandemia.

Después de un año y algo más de tener el covid-19 como tema principal de nuestra agenda, procurando poner un grano de arena en el esfuerzo de enfrentar esta dura situación, en AmCham Colombia sentimos que somos parte de la máquina que va a ayudar a poner en marcha el crecimiento económico que, después de la pandemia, empieza a ser urgente además de importante.

Los retos de nuestros afiliados para el año 2021 no son menores: mantener a flote sus empresas, generar empleo; adecuarse a las necesidades cambiantes del contexto; crear oportunidades de negocios; contribuir a la diversificación de productos y destinos; hacer cada vez más fluida y efectiva la comunicación y las relaciones con las entidades del Estado; seguir adelante con los proyectos de emprendimiento; navegar la constante creatividad de normas que en algunos casos cuentan con propósitos nobles pero imposibles de implementar; generar mayor equidad y promover con más entusiasmo el desarrollo sostenible, entre muchos otros.

Entendemos que la coyuntura derivada de la pandemia exige reformas para lograr avanzar, y es responsable hacerlo, pero es indispensable que tanto el Legislativo como el Ejecutivo se alineen en buscar soluciones y acciones responsables e innovadoras, flexibles para recaudar y combatir sin tregua la evasión. Y, por supuesto, formalizar la economía, con más zanahoria que garrote porque la experiencia nos indica que por mucho que presionemos no lograremos mejores resultados sin una política más atinada y sin actuar frente a otras reformas que hacen falta, como la laboral. 

No hay duda de que se requieren reformas, la tributaria siendo una de ellas. Sin acción decidida en ese frente el país pondría en riesgo su financiación externa. Pero es evidente que se requiere de un nivel de consenso importante porque se trata de un sacrificio en el que el sector privado será el principal proveedor de recursos. Resulta clave, a nuestro juicio, que la reforma mire siempre las condiciones para la inversión productiva que será decisiva para sacar adelante al país.

Inversión productiva que genera un impacto importante en otro de los grandes retos de nuestro país, y que nos convoca el día de hoy, como lo es la inequidad. Desde AmCham Colombia hemos decidido hacer un esfuerzo particularmente intenso en la tarea de estudiar el fenómeno de la inequidad y la exclusión en el mundo empresarial, enfocado de manera positiva. Por esa razón, hemos escogido esos nobles ideales – equidad e inclusión – como los temas de la agenda académica de nuestra 66 asamblea. La equidad y la inclusión entendidas también desde el papel protagónico que debe tener la mujer en todos los ámbitos, su evolución, su liderazgo para los nuevos tiempos. 

Tendremos a más de 70 conferencistas que nos ayudarán a dibujar un panorama que responda a esta nueva realidad; porque si algo nos enseñó la pandemia, es que el esfuerzo mancomunado, la solidaridad y la inclusión, sin distingos de razas, credos, sexo o posición social, son la verdadera clave del éxito.

Hemos avanzado mucho en materia de diversidad e inclusión. No obstante, la participación de las mujeres en cargos directivos parece seguir siendo muy baja. Según una encuesta hecha por esta Cámara, el 60% de empresas tienen entre el 51% y 75% de su fuerza laboral compuesto por mujeres, mientras que solamente en el 24,7% de esas mismas empresas, los cargos de dirección o junta directiva están integrados por mujeres.

Como mujer, madre y profesional, no creo que se trate de forzar a las instituciones a tener, de manera automática, un determinado número de mujeres en sus cuadros directivos. Ese tipo de soluciones, así sean bien intencionadas, parten de un supuesto de inferioridad. No es necesario, ni se debe aspirar, a que se regale nada a las mujeres. De hecho Colombia es reconocida por el liderazgo de sus mujeres en el mundo de la política, en el sector público y en el sector empresarial. Son centenares de mujeres que han mostrado el camino de manera ejemplar para las más jóvenes pero también a la propia sociedad, sobre la potencia y creatividad del liderazgo femenino.

El objetivo real, tal como yo lo entiendo, es doble: por una parte, permitir que los mejores, sean hombres o mujeres, tengan las mismas oportunidades para llegar tan lejos como sus talentos y capacidades permitan; y, segundo, y como resultado natural de ello, hacer posible que la sociedad toda se beneficie de los inmensos talentos que tenemos en hombres y mujeres.

Es posible que en la raíz del problema de la exclusión y discriminación haya elementos culturales más relevantes que los legales. Para citar solamente un ejemplo, la idea de que algunas mujeres jóvenes y talentosas no sean contratadas por el hecho de una previsible futura licencia de maternidad, no es aceptable.

Estamos seguros de que el debate se dará con la altura, la profundidad y la serenidad que el tema amerita.

Retomando la idea inicial de esta breve intervención, qué refrescante resulta complementar el asunto del covid’19 – en el que el presidente Duque ha jugado un papel de liderazgo y perseverancia claves y absolutamente indispensables para dejar la crisis atrás y en el que, estamos seguros, el sector privado entrará muy pronto a apoyar como motor de la vacunación de sus trabajadores-  y centrar nuestra atención, y nuestros esfuerzos y nuestra voluntad, a un tema realmente importante como es el de la inclusión y la diversidad en la empresa.

Lea las palabras del presidente de la Junta Directiva de AmCham Colombia, José Luis Sánchez, en la Cumbre de Liderazgo Femenino y Transformación Digital aquí

Abril 2021