Edición 178 - Sostenibilidad: Energía Renovable 2022          


Sostenibilidad y energía renovable de cara al nuevo gobierno

Por Laura García Chávez & Lina Correa Posada, grupo de práctica de Energía y Recursos Naturales de Gómez-Pinzón


Para nadie es un secreto que parte de las apuestas de sostenibilidad en el sector energético a nivel global se han centrado en la transformación energética y en el reemplazo de la generación de energía a partir de combustibles fósiles por fuentes renovables y amigables con el medio ambiente. En el caso de Colombia, y dentro de sus compromisos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se propuso consolidar una matriz energética que promueva el desarrollo y la productividad garantizando la sostenibilidad de los recursos naturales.

Así, el Gobierno saliente, estructuró la Misión de Transformación Energética con el propósito de planificar y promover políticas públicas que generaran un ambiente atractivo para el desarrollo de las fuentes no convencionales de energía (“FNCE”) y definió como prioridad (i) la consolidación de un marco regulatorio innovador; y (ii) la promoción de la modernización de infraestructura eléctrica.

En línea con lo anterior, se consolidó un marco normativo que permitiera el desarrollo de las FNCE incluyendo la expedición de la Ley 2099 de 2021 (la “Ley 2099”) con la finalidad de introducir modificaciones a la Ley 1715 de 2014 y fortalecer las oportunidades de inversión en el sector energético mediante, entre otros, el fortalecimiento de los beneficios tributarios de la Ley 1715 de 2014 para proyectos que empleen estas fuentes.

Igualmente, el Ministerio de Minas y Energía (el “MME”) publicó la Hoja de Ruta del Hidrógeno en Colombia y la Hoja de Ruta para Energía Eólica Costa Afuera con el objetivo de establecer los pasos a seguir en cuanto a planificación y desarrollo de proyectos relacionados con el hidrógeno y la energía eólica, respectivamente, reconociendo su potencial y los retos del país para lograr su consolidación y despliegue oportuno.

Asimismo, fortalecer la infraestructura e invertir en tecnología para promover la prestación de servicios energéticos sostenibles fue prioritario en el periodo 2019-2022. En esa medida, el Gobierno saliente identificó las falencias del sistema interconectado nacional (“SIN”) y propuso alternativas como la incorporación de los recursos energéticos distribuidos, los sistemas de almacenamiento, la generación distribuida y la autogeneración, para promover el descongestionamiento en las redes de distribución del SIN.

Siguiendo una línea similar, el Gobierno entrante se ha propuesto continuar la transformación energética y consolidar una matriz que sea predominantemente constituida por FNCE. Así, dentro del plan de gobierno para el periodo 2022-2026, se ha reconocido como prioritario: (i) lograr una descarbonización paulatina; y (ii) garantizar el acceso a la energía en las zonas no interconectadas (“ZNI”). En consecuencia, se tiene dispuesto invertir los recursos del Estado en los siguientes campos de ejecución; (i) fondo para la transición energética con recursos de las regalías; y (ii) proyectos de generación de energía con FNCE en las ZNI, en donde se promueva el uso productivo y sostenible de los recursos naturales.

Considerando lo anterior, es claro que las FNCE se han convertido en una herramienta para el crecimiento económico del país y tanto el gobierno saliente como el entrante se encuentran alineados en la importancia de consolidar una matriz energética más sostenible que dependa menos de los combustibles fósiles. En esa medida, los nuevos lineamientos regulatorios y de política pública que se introduzcan en el período comprendido entre 2022-2026, deberán fortalecer lo propuesto en la Misión de Transformación Energética y desarrollar los incentivos tributarios consagrados actualmente en la normatividad; promover esquemas que permitan al sector privado involucrarse en la modernización del SIN; y atender las recomendaciones establecidas en las hojas de ruta del hidrógeno y de la energía eólica costa afuera para fortalecer su desarrollo.

Lograr una transformación y transición energética hacia energías más limpias es un compromiso internacional. Tanto que las administraciones colombianas, sin importar su ideología, coinciden en su importancia y continúan desarrollando una hoja de ruta para lograrlo. Gómez-Pinzón da una mirada al respecto.

Agosto 2022