Edición 164 - RSE Inclusión 2021          


Del concepto de Responsabilidad Social Empresarial a la implementación efectiva de la Sostenibilidad Empresarial

Por Juana Valentina Micán & Liliana Marcela Rubian del equipo Ambiente y Negocios Sostenibles en Brigard Urrutia


Desde el 2015, cuando la Organización de Naciones Unidas (ONU) dio a conocer al mundo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la consolidación de la sostenibilidad en los distintos sectores de la sociedad ha sido un reto creciente. Esto se ha reafirmado en el marco de las actuales circunstancias de emergencia sanitaria ocasionada por el COVID-19 y de variabilidad climática derivada del fenómeno del cambio climático, las cuales han resultado en la necesidad de un cambio definitivo en la visión empresarial y los modelos de negocio existentes a nivel global.

En los informes anuales de sostenibilidad, presentados por las empresas en Colombia durante los últimos años, se evidencia que el sector privado no ha sido ajeno a este reto. Las empresas han venido sumándose mediante la incorporación de ODS a sus prácticas empresariales, entre los cuales cabe destacar los siguientes: 11, el 52, el 83, el 94, el 125, 136 y 177.

A partir de la implementación de los ODS, las empresas del sector privado han logrado identificar que el valor de sus aportes en materia de sostenibilidad trasciende al cumplimiento de obligaciones legales y al costo que representa su implementación. Hoy en día, las empresas entienden que existe la necesidad de implementar un nuevo modelo de negocio que, en el marco del contexto global actual, permita garantizar su propio fortalecimiento y crecimiento económico, al cual es posible llegar, generando impactos positivos para el entorno en el que estas empresas se desenvuelven.

Por otra parte, en el marco del concepto de Responsabilidad Social Empresarial, cabe destacar que, en muchos casos, los resultados de la medición del impacto de los planes y/o programas de inversión de las empresas privadas en la calidad de vida de los beneficiarios en territorio han evidenciado que su formulación e implementación omite tener en cuenta las necesidades reales del entorno (debidamente identificadas y evaluadas), lo cual impide consolidar modelos de desarrollo territorial sostenible que contribuyan a escalar peldaños sólidos en la lucha contra de la pobreza, la desigualdad y la degradación del ambiente.

Más allá de lo mencionado, se observa cómo las empresas han migrado del mencionado concepto de Responsabilidad Social Empresarial, el cual se traduce esencialmente en inversiones orientadas a generar un impacto socioeconómico, que, como se mencionó, en muchos casos no coinciden con las necesidades reales del entorno, a la implementación efectiva de la Sostenibilidad Empresarial. En ese sentido, en la actualidad, las empresas, cada vez más, están incorporando la Sostenibilidad Empresarial a su ADN, lo cual implica: (i) no sólo la implementación de proyectos e inversiones, como sucede en el marco del concepto de la Responsabilidad Social Empresarial; (iii) sino también la implementación de acciones dirigidas a generar impactos positivos al entorno de las empresas en materia ambiental, social y económica, siendo estas acciones parte de la estructura, objeto y modelo de negocio de las mismas empresas.

Adicionalmente, es relevante destacar los esfuerzos de Colombia para avanzar hacia la Sostenibilidad Empresarial con el incentivo y la promoción a la creación de nuevas empresas y la evolución de las existentes al modelo de Sociedades Comerciales de Beneficio e Interés Colectivo (BIC), en el cual se enmarca la Sostenibilidad Empresarial, cuyo propósito es contribuir al medio ambiente, al bienestar de los trabajadores y al interés de la colectividad.

Brigard Urrutia hace un análisis en torno a los cambios suscitados por las empresas en Colombia materia del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible instaurados por la Organización de las Naciones Unidas, al tiempo que da a conocer los retos en adelante.

Abril 2021