Edición 165 - Comercio Exterior 2021          


La agenda del presidente Biden para enfrentar la disrupción en la cadena de suministro, en sectores estratégicos

Por Olga Lucía Salamanca, socia directora de Política y Defensa Comercial de Araújo Ibarra Consultores


Al cumplirse solo 100 días de la llegada del presidente Biden a la Casa Blanca se destacan logros muy importantes, como el rápido avance en el programa de vacunación que hoy ha cubierto más de 230 millones de ciudadanos y el crecimiento económico de 6,5% jalonado por un ambicioso programa de estímulos de 1.9 billones de dólares, al que se sumarán 2,3 billones de dólares para programas de inversión en infraestructura.

Pero quizá uno de los mayores reconocimientos a esta administración, está en su capacidad para abordar de manera pragmática los grandes desafíos que enfrenta el país en estos tiempos convulsionados. Un ejemplo de ello tiene que ver con las dificultades en el funcionamiento de las cadenas de suministro de bienes críticos y esenciales, que evidenció con mucha fuerza el covid-19 y que se ha manifestado en distintos sectores, desde los medicamentos y los alimentos hasta la reciente crisis originada por la escasez de chips de semiconductores automotrices, que ha obligado a suspender la operación en algunas plantas de fabricación de automóviles, amenazando el empleo que genera este sector.

Para enfrentar esta problemática, el pasado mes de febrero, la administración Biden emitió la Orden Ejecutiva sobre las cadenas de suministro de Estados Unidos, con el objetivo de revisar la cadena de suministro de bienes críticos y desarrollar acciones orientadas a minimizar los riesgos que se puedan derivar de situaciones de escasez de producción, interrupciones comerciales, desastres naturales y posibles acciones de competidores extranjeros.

La Orden Ejecutiva prevé la revisión inmediata por parte de todas las agencias federales, de las vulnerabilidades en las cadenas de suministro de cuatro sectores clave. Farmacéutico; Minerales esenciales o “tierras raras” que se utilizan en la fabricación de equipos de defensa y alta tecnología; Semiconductores y Baterías de gran capacidad, como las que se utilizan en los vehículos eléctricos.

En segundo lugar, la Orden exige una revisión más profunda (con un plazo de 1 año) de seis sectores clave: industria de defensa; salud pública y la industria de biológicos; tecnologías de información y comunicaciones; sector energético; transporte; y productos agrícolas y alimentos.

Para estos sectores, se evaluarán factores de riesgo como posibles situaciones de escasez de bienes y materiales críticos dentro de las cadenas de suministro, dificultades para su fabricación en EE.UU. y necesidades de desarrollo de las capacidades nacionales. Así mismo, se identificarán proveedores clave, disponibilidad de sustitutos o fuentes alternativas, competencias laborales necesarias para desarrollar proyectos industriales, requerimientos en logística de transporte, entre otros aspectos.

Además, las agencias federales emitirán recomendaciones sobre los pasos inmediatos que la administración puede tomar, para abordar las vulnerabilidades de la cadena de suministro.

En un momento como el actual en el que muchas economías, incluida la colombiana sigue enfrentando los efectos de la escasez de muchos insumos y bienes esenciales, así como el incremento de precios internacionales de materias primas necesarias para distintos procesos productivos, conviene analizar en detalle esta iniciativa de nuestro principal socio comercial, para identificar espacios de aprovechamiento de oportunidades comerciales e inversiones entre los dos países.

En un momento de reactivación económica y en donde la mayoría de países están sufriendo graves faltantes y desabastecimientos en la oferta de diversos productos, es importante reconocer las ventajas comparativas que el país tiene en diferentes sectores y aprovecharlas al máximo para obtener esos bienes, generar divisas y continuar con el resurgimiento de las economías.

Mayo 2021