editorial          


Claridad, empleo y sensatez

María Claudia Lacouture P.

Directora ejecutiva, Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia)

[email protected] @mclacouture


Hay una extraordinaria incertidumbre por lo que será la reforma tributaria 2021 porque se desconocen sus términos y sus tiempos y hay mucha especulación sobre su alcance. Por eso, uno de los aspectos más importantes para esta reforma será la claridad en los mensajes. El duro impacto de la pandemia, del cual no nos repondremos en el próximo año o dos, aumentó la sensibilidad frente a las políticas económicas.

Todos entendemos que el Estado necesita recursos y reconocemos el sobrecosto que significó responder a la pandemia, a las restricciones, al confinamiento, al parón productivo, para atender a una población vulnerable y una empresa que tuvo que hacer de tripas corazón para evitar un mayor descalabro, más desempleo, pobreza y cierre de empresas.

Colombia respondió de forma adecuada y oportuna, ofreciendo, hasta donde fue posible, recursos y alivios fiscales para procurar la subsistencia empresarial y mantener el empleo, pero hoy los empresarios buscan señales claras sobre lo que les espera en los próximos años en materia tributaria.

Esas señales también las esperan las calificadoras de riesgo y los inversionistas instalados y futuros que escuchan que el río suena y quieren saber qué piedras lleva, saber si mantienen su apuesta en el país o cómo la mantienen, o si buscan oportunidades en otros mercados sabiendo que hay apetito para la atracción de inversionistas y que el movimiento de nearshoring desde y hacia Estados Unidos está en un momento coyuntural determinante.

Por lo tanto, es importante que la reforma tenga como pilar la recuperación de empleo y formalización laboral con lo cual, al tiempo que se generan los recursos que las familias necesitan y se fortalece la mano de obra empresarial para mejorar la competitividad, también representará recursos para el sistema social y los correspondientes tributos que todos pagamos.

Aquí quiero detenerme en la necesidad que he venido mencionando en varios escenarios, de reducir la brecha de género laboral que amplío la pandemia. Las cifras del DANE nos mostraron un devastador registro de desempleo femenino de 20% frente a casi 13% para el desempleo masculino. Los jóvenes también necesitan de mayores oportunidades laborales pues serán la generación que haga la transición completa a la pospandemia.

Es por ello que la mejor reforma tributaria sería aquella que incluya la extensión de los beneficios tributarios para las pymes, incentivar la formalización empresarial con plazos de gracia y facilidades para incorporarse al sistema, simplificar trámites y ofrecer acceso al crédito a bajo costo y amplio tiempo para pagarlo.

Finalmente, hay que estar alertas al momento político. En año preelectoral es fácil generar cantos de sirena con propuestas populistas que motivan a la galería y que representan aumentar el gasto público con recursos inexistentes o bajo premisas simplistas. Sobre esto las calificadoras de riesgo tienen la lupa puesta y los reflectores enfocados para emitir sus conceptos. Las circunstancias requieren de seriedad y extrema responsabilidad, no sea que el remedio resulte peor que la enfermedad.

En ‘Conversaciones AmCham Colombia’, expertas de Araújo Ibarra; PwC; y Holland & Knight hablaron sobre sus artículos en torno a la reforma tributaria:

Febrero 2021