Cobre y Níquel, las nuevas oportunidades de exportación para Colombia ante transición energética en EE. UU.




Tras la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación en el Congreso de EE.UU., la proveeduría de minerales críticos como Cobre y Níquel supone un factor potencial para el tejido exportador colombiano. TLC con Colombia ofrece ventaja competitiva

Bogotá, 30 de mayo de 2023 (AmCham Colombia).- Con la introducción de las energías verdes y el desarrollo de la transición energética, el suministro de minerales críticos resulta cada vez más relevante en la fabricación de vehículos eléctricos, paneles solares, turbinas eólicas, entre otros. Bajo este panorama, la implementación de US$ 370.000 millones comprendidos dentro de la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos para la acción climática surgen como oportunidad para impulsar la proveeduría de Colombia en insumos potenciales como el Cobre y el Níquel.

Así lo determinó un análisis de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, con motivo de los 11 años de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio entre los dos países, en donde encontró que la coincidencia temática entre los presidentes Joe Biden y Gustavo Petro en favor de la lucha contra el cambio climático abre una oportunidad.

“Se da un interés común entre Colombia y Estados Unidos en el tema del cambio climático y la transición energética en donde la coincidencia de Colombia en la urgencia de transformación energética y los estímulos a la industria dentro de EE.UU para producir bienes que usen energías limpias permite que Colombia pueda aprovechar para exportar cobre y níquel y atraer inversión que contribuya en ese proceso”, dijo la presidenta de AmCham Colombia, María Claudia Lacouture.

Aunque la legislación estadounidense busca recortar el déficit fiscal mediante impuestos mínimos a grandes corporaciones, el enfoque en el cambio climático es prioritario y el mayor en la historia del país norteamericano. Desde este marco, se estarán otorgando créditos fiscales para la promoción de energías limpias, junto con incentivos para la producción de paneles solares, turbinas, baterías y procesamiento de materiales críticos.

Según la Agencia Internacional de la Energía, la Ley de Reducción de la Inflación lograría a 2030 que la generación anual de capacidad solar y eólica en Estados Unidos se multiplique por dos y medio con respecto a los niveles actuales. Mientras tanto, las ventas de coches eléctricos avanzarían siete veces más y la demanda de minerales esenciales para tecnologías energéticas limpias aumentará más del doble, particularmente el cobre en términos de volumen.

En el ámbito nacional, la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME) destaca que los factores geográficos y geológicos de Colombia representan amplias oportunidades de exploración de Cobre y el Níquel para la transición energética. Si bien existe un solo proyecto consolidado de cobre en el país, que produce en promedio 40.000 toneladas anuales de concentrado al año, la posibilidad de multiplicar la producción en hasta 6 veces todavía es posible ante una eventual aprobación del proyecto minero Quebradona en Antioquia.

Dentro de las regiones con oportunidad, se encuentran principalmente los departamentos ubicados al norte de la región Andina y Pacífica, tales como Antioquia, Chocó, Santander y Norte de Santander, aunque también la Serranía del Perijá y Putumayo. Estos territorios se sitúan dentro del denominado “cinturón metalogénico” que se extiende por la cordillera de los Andes en América del Sur y cuya presencia ha protagonizado iniciativas mineras en países como Argentina, Chile, Ecuador y Perú.

De acuerdo con el US Geological Survey, la producción de cobre y níquel está altamente concentrada y en la región los principales productores son Chile y Perú, con datos a 2022, Colombia ocupa el cuarto lugar en la producción de Níquel en América Latina, con una exportación promedio de 38.000 toneladas por año. La llegada de inversión al proyecto minero La Esmeralda en Planeta Rica, Córdoba, sugiere un crecimiento de 0,87% en la producción anual de dicho mineral, con una meta de 48.138 toneladas a 2030.

Cobre resalta como potencial de transición

En Estados Unidos, el cobre y sus manufacturas materializaron compras por US$ 15.284,2 millones en 2022, un registro superior al promedio de US$ 10.607,7 millones durante el transcurso de 2012 y 2022, según cifras del U.S. Census Bureau. Ahora bien, las importaciones de minerales de Cobre y sus concentrados atendieron una tendencia alcista y contabilizaron US$ 122,7 millones en 2022, ubicándose un 20,9% por encima de los US$ 101,5 millones reportados al final de 2021.

Al corte de 2022, el cobre y sus manufacturas tuvieron importaciones por 932.866 toneladas (ton) en Estados Unidos, principalmente en Georgia, con 217.911 ton. (US$ 2.063,5 millones); Florida, con 114.847 ton. (US$ 1.062,6 millones); y Luisiana, con 105.126 ton. (US$ 980,6 millones). Entre tanto, los pedidos de minerales y concentrados de cobre tuvieron como demanda mayormente Alaska, con US$ 122,5 millones; Wisconsin, con US$ 122.527; y Carolina del Sur, con US$ 26.975, respectivamente.

Por proveeduría, Colombia ocupa el puesto 41 en el mercado norteamericano, con un monto de 530 ton. en 2022, correspondiente a US$ 4,1 millones. Aun así, de acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía, la industria colombiana del cobre cuenta con la alternativa de poder multiplicar en más dos veces su producción actual de 40.000 ton. y convertirse en el tercer mayor socio comercial de cobre en América Latina después de Chile y Perú hacia el año 2030.

Níquel en soporte de producción minera

Según el U.S. Census Bureau, las importaciones estadounidenses de Níquel y sus manufacturas alcanzaron los US$ 4.453,6 millones en 2022, un crecimiento anual de 65,6% en comparación con las compras por US$ 2.689,2 millones reportadas en 2021. En esta línea, el suministro de ferroníquel resaltó como uno de los principales componentes más demandados y representaron US$ 371,9 millones en 2022, un nivel 14,6% superior a los US$ 324,6 millones de 2021.

A lo largo de 2022, la economía norteamericana importó 105.001 ton. de níquel y sus manufacturas, lo equivalente a un incremento de 40,1% con referencia a la cifra de 74.874 ton. de 2021. Al respecto, la demanda se concentró particularmente en Maryland, con 44.418 ton. (US$ 1.228,6 millones); Pensilvania, con 14.881 ton. (US$ 592,2 millones); Carolina del Norte, con 6.850 ton. (US$ 142,8 millones); y Nueva York, con 6.169 ton. (US$ 188,5 millones), cada uno.

En términos de suministro, Colombia tiene una posición de 28 en la proveeduría estadounidense de níquel y sus manufacturas, totalizando 180,3 ton. durante 2022, lo cual contrasta con el dato de 14,9 ton. notificado al cierre de 2021. Sin embargo, el ferroníquel muestra una ventaja en la producción colombiana, al ocupar el segundo lugar, con 5.745,4 ton. valoradas en US$ 40 millones en 2022, situándose solo por detrás de Brasil.

Vale la pena destacar que en el departamento de Córdoba se encuentra la mina de níquel más grande a cielo abierto en el continente americano, la cual logró una extracción de 41.800 ton. en 2022, siendo un factor elemental ante la posibilidad de fabricar de baterías a gran escala.

Trazar e incorporar la cadena en Colombia será clave hacia adelante

Desde la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia se destacan las ventajas que trae el TLC entre Colombia y Estados Unidos en materia de integración comercial y atracción de la inversión. “Actualmente, la transición energética responde a un asunto de amplia trascendencia en la política económica estadounidense y sugiere una coyuntura favorable para forjar un relacionamiento público-privado que permita aprovechar las oportunidades relacionadas con la extracción y el procesamiento de minerales críticos”, dijo Lacouture.

Aunque China es el mayor proveedor de minerales críticos en el mundo, las tendencias regionales de relocalización, más conocido como ‘nearshoring’, hace más atractiva a América Latina, especialmente Colombia, que cuenta con un Acuerdo Comercial robusto en la región. “Estados Unidos sigue evaluando alternativas para reducir la dependencia china de minerales, donde no solo inciden factores geopolíticos, sino también la seguridad nacional y el desarrollo de oportunidades económicas con socios comerciales cercanos”, agregó Lacouture.

A lo anterior se suma que en la Ley de Reducción de la Inflación habrá prioridad a países con TLC, en donde Colombia tendríamos una gran ventaja sobre los demás países de America Latina.

“El tejido empresarial y el gobierno nacional actúan como fichas cruciales para lograr impulsar la inversión estadounidense en el país respecto a la extracción y procesamiento de minerales críticos. Balancear la cancha, reglas de juego claras y un esquema tributario accesible a la inversión será imprescindible para posicionar la cadena de valor del país como plataforma exportadora en la lucha contra el cambio climático”, puntualizó Lacouture.

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